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Millán Abeledo: "Galicia no tiene nada que desmerecer al resto de Europa en cuanto a cultura musical"

"El concierto de Santiago fue el más numeroso de los que hicimos por Europa con el proyecto Intermusic"

Millán Abeledo (dcha.) junto al resto de sus compañeros del proyecto Intermusic, en Venecia.

Es un auténtico trotamundos de la música y un ferviente defensor de la divulgación de la música clásica en todas las edades. Recientemente ha participado en un proyecto llamado "Intermusic", una innovadora experiencia nacida para el soporte digital en la que se recoge la historia y vivencias de un cuarteto de jóvenes músicos gallegos que deciden coger sus instrumentos y mochilas para embarcarse en un Interrail y llevar la tradición gallega por Europa para demostrar el carácter internacional del lenguaje musical. El joven violonchelista trasdezano Millán Abeledo estuvo acompañado para la ocasión por Ana López Tejero, Cibrán Seixo y Brais Palmeiro.

-¿Cómo resultó el proyecto Intermusic por Europa adelante?

-Fue una idea muy original e interesante de Clara Copena, que es la directora de esta iniciativa. Yo ya había trabajado con ella en alguna ocasión porque estaba haciendo muchos trabajos con la intención de acercar la música clásica a todo el mundo y acabar con esa imagen de elitismo que todavía tiene para algunos. Un día me llamó y me cuenta que tuvo esa idea y qué pensaba yo como músico para saber si podía ser algo realista de poner en marcha. Le dije que si eso salía adelante que contara conmigo de cabeza. Salió adelante y yo pienso que fue una idea única porque no conozco nada parecido, no sé de ningún trabajo musical y audiovisual con un toque fresco y, también, de mostrar un poco la convivencia de unos jóvenes viajando por Europa haciendo música como podían estar haciendo otra cosa cualquiera.

-¿Qué lugares de Europa visitaron con este proyecto musical?

-Salimos de Barcelona e hicimos el recorrido de Venecia, Viena, Berlín, Amsterdam, París y acabamos en Santiago. Estuvimos viajando 17 días, nada menos. Fue una locura porque había ciudades en las que prácticamente no estuvimos ni 48 horas, grabando por un lado lo que es el conocimiento de cada ciudad y mostrarlo desde nuestra perspectiva, y luego también el trabajo de localización de los sitios donde íbamos a tocar, y finalmente el concierto con sus ensayos. Fue realmente una gran aventura.

-¿Qué fue lo mejor de todo?

-Si soy sincero, lo mejor fue darnos cuenta todos de que Santiago y Galicia no tienen nada que desmerecer al resto de Europa en cuanto a cultura musical. El concierto de Santiago fue el más numeroso en cuanto audiencia y el más aplaudido, y donde quizás más a gusto nos sentimos todos los músicos del proyecto. Y no lo digo porque hubiese gente de tu familia y demás, como es normal, es que había muchísima gente sentada en Platerías llenando las escaleras. Sin embargo, siempre estamos diciendo que aquí no se valora este tipo de música tirando piedras contra nuestro propio tejado, y no es así. En Venecia y en Viena no te creas que los conciertos tuvieron más acogida de público que el de Santiago. Yo creo que al final es con lo que me quedo, aparte de toda la belleza que vimos en esas ciudades por donde estuvimos viajando.

-¿Hubo algo que le sorprendiera y con lo que no contaba?

-No contaba con que me acribillaran los chinches en Barcelona. Viajamos con el presupuesto muy justo, que también era parte del juego, y en Barcelona el albergue estaba completamente abarrotado y acabamos durmiendo en un sitio donde me tocó un colchón lleno de chinches. Aunque no se aprecia en el grabación, estoy lleno por todas partes de picaduras.

-¿Al final consiguieron demostrar que la música clásica ha dejado de ser algo elitista y sólo al alcance de oídos privilegiados?

-Yo creo que sí porque lo vivimos. La acogida de amigos conocidos míos que no son músicos de clásica a lo que fue el documental fue algo muy bonito. Le gustó a muchísima gente que probablemente antes no había tenido demasiado contacto con la música clásica. Además, la acogida que está teniendo en internet y en las redes sociales también es muy buena, y yo creo que el balance es muy positivo y espero que salgan más iniciativas de este tipo. La música clásica es accesible a todo el mundo y la puede disfrutar cualquiera.

-¿El documental se podrá ver algún día en la televisión?

-No porque quien apoyó todo este proyecto fue el nuevo portal Musi.gal de la Compañía da Radio Televisión de Galicia. Que yo sepa por ahora no está previsto pasarlo por la televisión, creo.

-¿Se conocían entre ustedes los músicos que participan en este proyecto paneuropeo?

-Sí nos conocíamos. Cuando Clara me lo comentó le dije que lo hacía pero con gente con la que me siento a gusto, poder trabajar bien y ser eficaces. Los cuatro ensayamos juntos antes aquí y éramos amigos de hacía tiempo ya. Desde que vivo en Santiago está habiendo mucha más cercanía de esta música con otros tipos de públicos. También se entiende que podemos tocar con una sinfónica y llenar un parque. Ese tipo de cosas ya se están haciendo y son muy buenas para todos. Yo creo que la cosa está cambiando por la forma de vivir de hoy en día también. Nos mezclamos, juntamos culturas y el que no lo haga se puede quedar atrás. También ayuda que seamos jóvenes.

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