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Muere Zoe, uno de los mejores perros de rescate de A Estrada y salvador de una desaparecida en Caldas

Sumaba 12 acreditaciones internacionales - Era experto en grandes áreas y dominaba escombros

El guía y el can fallecido, Zoe.

A Estrada perdió al mediodía del jueves a uno de los mejores perros de su Grupo de Cans de Rescate (GCR), Zoe. Una pancreatitis acabó con la vida de este "referente" del salvamento canino. Tenía once años -cumpliría los doce en noviembre- y vivía el retiro dorado que se merecía rodeado de la gente a la que quería, el guía y excoordinador del GCR durante más de una década, José Manuel González Chedas "Chispa", su mujer y también guía canino Lucía Torrado y las dos hijas de ambos. Jugar con las pequeñas era ahora el pasatiempo favorito de quien dedicó la mayor parte de su vida al trabajo y marcó un antes y un después en la unidad canina estradense.

Él y el pastor alemán del también guía canino y expresidente de Protección Civil Ventura García, Xila, fueron los pioneros en obediencia. Con ellos el grupo dio un importantísimo salto de calidad. Los métodos testados con ellos sirvieron para educar y formar a los perros que llegarían al grupo después. Xila y Zoe tenían "un carácter muy parecido", recordaba ayer "Chispa", que en estos dos días ha recibido condolencias por el fallecimiento de Zoe de todo el territorio nacional e incluso del extranjero. Llueven los mensajes de pésame de miembros de grupos caninos y hasta de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Y es que Zoe se ganó a pulso el respeto de los integrantes de las unidades caninas. Hijo de Doll, una perra que tuvo Lucía Torrado, este labrador retriever chocolate disfrutaba con su trabajo. Este permitió, por ejemplo, encontrar con vida a una anciana estradense -natural de Santo André de Vea pero residente en el asilo de Caldas- cuando ya llevaba 18 horas desaparecida en 2013.

No fue casual. Zoe y su instructor entrenaban duro y, juntos, lograron 12 acreditaciones internacionales de salvamento: 5 de la Asociación Nacional de Grupos del Perro de Salvamento(ANGPS) -dos grados A y tres B- así como 7 de la International Rescue Organisation (IRO). Los jueces internacionales de esta entidad le habían otorgado -en pruebas disputadas en A Estrada, Tenerife y el País Vasco- las acreditaciones de salvamento en grados A y B de grandes áreas y escombros. Su especialidad era grandes áreas pero con tesón también llegó a dominar escombros.Aunque prefería trabajar con "Chispa", también lo hacía de manera exitosa con otros guías. La huella que deja es indeleble y su genética perdurará a través de sus descendientes, como su hija Kira.

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