Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, el viejo Camino portugués por el interior se abre paso. Si el sábado recalaron en Tabeirós-Montes 17 ciclistas lusos del Esposende Bike Team-Propedal expertos en caminos jacobeos, el domingo se adentraron en la zona otros cuatro animosos caminantes lusos procedentes de Amares (Braga). Con ellos, en poco más de un mes, ya son 36 los peregrinos que han recorrido este tradicional Camino que reestrenaron a mediados de mayo María Joâo Batista, Joâo Filipe y Luis Sobreiro.
Como ellos, también los cuatro últimos peregrinos -el técnico administrativo David Freitas (de 38 años), el asistente técnico Humberto Vieira da Silva (de 36) y los comerciales Víctor Masado y Edmundo Acevedo (de 40 y 44)- destacan que se trata de un camino singular. Es "muy tranquilo" y permite disfrutar de la "naturaleza en estado puro" . Pero exige una labor de documentación previa -que colectivos como Codeseda Viva facilitan a los interesados- y un óptimo nivel de forma. Estos cuatro amigos aficionados al senderismo de cierta complejidadse lo recomiendan a quien tenga experiencia en el monte. El intenso calor de estos días ha dificultado su recorrido. Pero este ha tenido muchas cosas buenas.
Hicieron escala en Codeseda y Pontevea, que se afianzan como referentes y paradas obligadas. Con los integrantes de Codeseda Viva Carlos da Barreira y Jorge Fernández el domingo visitaron la iglesia y las ruinas del antiguo monasterio así como A Cruz da Grela. En Pontevea, donde recalaron el lunes, vieron su impresionante puente medieval sobre el Ulla y con Isidro Pernas -directivo de la Asociación Comarcal de Empresarios (ACE) y ecolaborador de la asociación Entre as Pontes- disfrutaron de un chuletón y de la tarta con la que festejaron el cumpleaños de uno de ellos, antes de descansar toda la noche para emprender de nuevo el Camino y alcanzar ayer su meta: la catedral de Santiago de Compostela.
