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"A mis hijos les inculqué el ser honrados y educados"

-¿Qué porvenir le augura a su hijo al frente de la librería?

-Le dejé todo a Tito porque hizo un ciclo de Empresariales y creo que lo que hace lo hace bien. Hoy en día el negocio de los libreros no es ni la mitad de lo que fue hace unos años. La gente compra pocos libros porque leen poco, y encima ahora con las nuevas tecnologías sacas lo que te da la gana, y eso se está notando. De todas formas, a la gente que nos gusta leer pensamos que no hay nada mejor que coger un libro físico para poder leer y pasar las páginas. Dentro de nada el libro de texto desaparecerá y acabaremos descargándolo de algún sitio virtual.

-¿Para ser librero es necesario ser un lector empedernido?

-A mi me encanta leer de toda la vida. Siempre digo que si quieres dedicarte a la librería tienes que tener los conocimientos necesarios para saber el producto que estás vendiendo. Se trata de ser profesional dentro de lo que es ser una persona sin estudios.

-¿Le hizo mucha ilusión recibir el premio Maruja Gutiérrez?

-Muchísima. Es algo que siempre le dije a mis hijos, en esta vida hay que ser honrados, educados y que digan eso de es el hijo de los de la Dalvi sin tono peyorativo. A mi me gusta que eso sea así. Todavía hoy, después de tantos años jubilada, hay gente que entra en la librería y sigue preguntando por mí. Decidí apartarme completamente de la librería para darle el margen a mi hijo de que lo pueda hacer a su manera porque las ideas suyas y las mías no coinciden. Sigo yendo por allí de vez en cuando porque sabe que si me necesita para algo siempre estaré con él. Los dos primeros años fui con él a las ferias para introducirlo en el negocio y revisaba las cuentas porque no es fácil empezar.

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