El departamento de Geografía e Historia del colegio María Inmaculada cuenta con un complemento práctico para sus clases: visitas guiadas a puntos de la comarca dezana con las que comprender mejor la evolución económica y social de la zona. Ayer se celebró la segunda de estas excursiones, centrada en la parroquia de Rellas, y con el investigador Daniel González Alén como guía. Este experto en historia local llevó a los 70 chavales y cinco docentes primero al crucero, y posteriormente a la conocida como Casa da Fábrica. La mansión es de estilo francés, y ello tiene un motivo: en 1820 Beltrán Legerén, originario del país vecino, siguió la estela de muchos franceses después de la Guerra de la Independencia: instalarse en España para montar diversas industrias aprovechando su riqueza natural. En el caso de Rellas, la proximidad del Toxa permitió montar una fábrica de curtidos (igual que en Espiño y en Prado) y otra de papel. También se tuvo en cuenta la proximidad de robles, puesto que su cáscara se usa en las labores de curtido, al igual que los excrementos de gallinas y palomas. Legerén, que llegó a ser alcalde de Silleda, financió la restauración de la iglesia barroca, la mejora de muchos caminos -uno de ellos aún se conoce como el Camiño do Fabricante- y está enterrado en su cementerio.

La vivienda sigue en manos de sus herederos, la familia García Madriñán, que ayer permitió a los chavales que contemplasen la belleza de sus jardines -con un magnolio digno de cualquier pazo y un huerto de considerables dimensiones- así como la tremenda colección de aperos de labranza que los sucesivos dueños conservaron a lo largo del tiempo y que permiten pensar que la mansión es, incluso, digna de ser considerada un museo etnográfico. Este palacete todavía conserva restos de la antigua fábrica y, a decir verdad, los alumnos del María Inmaculada fueron unos privilegiados, porque la mansión recibe muy pocas veces visitas grupales.

La siguiente parada de la comitiva fue en el molino de Covián, que llegó a convertirse en el más grande de la comarca al disponer de cinco muelas, aunque hoy ya solo cuenta con dos. Su construcción data de 1810, tal y como reza el dintel de la puerta, pero se sometió a una intensa reforma en 2008, mediante un taller de empleo. Ahora es de propiedad municipal y bien podría convertirse en un reclamo turístico más, "puesto que se encuentra en un paraje de gran valor paisajístico", recalca González Alén, quien añade que se encuentra a muy poca distancia desde la Vía da Prata, muy cerca de la Ponte da Pedra de Chapa. El molino funcionaba mediante el sistema de maquía (el molinero se quedaba con una parte proporcional de lo que molía cada usuario), y disponía de una vivienda para el propietario. Fue en este paraje donde los chavales tomaron un tentempié para emprender el camino de regreso. Los docentes responsables de esta actividad adelantan que habrá nuevas salidas didácticas durante el curso que viene.