Todo sucedió de forma muy rápida y con la tensión habitual de un suceso que pudo terminar en tragedia. El cabo primero del cuartel de Rodeiro, Marcos Ouzande Brea, se encontraba franco de servicio el pasado jueves en la casa que sus suegros tienen en el lugar de Agrosagro perteneciente a la parroquia rodeirense de Carboentes, cuando de repente escuchó unos gritos. "Eran sobre las seis de la tarde, y yo les estaba echando una mano en las labores habituales de estas fechas y llegó una vecina gritando que un vecino había tenido un accidente y pintaba la cosa muy mal", recordaba ayer este suboficial nacido en Silleda. Sin pensárselo dos veces el agente de la Benemérita y un vecino del lugar llamado Vidal Lamas "arrancamos para allí corriendo". Lo que ambos se encontraron en ese momento fue un panorama dantesco: tendido en el suelo yacía malherido L. M., de unos 50 años de edad, al que el vuelco de la segadora le había seccionado su brazo izquierdo mientras trabaja con ella en su finca, haciéndole perder mucha sangre.

Marcos Ouzande y Vidal Lamas se pusieron inmediatamente manos a la obra para socorrerle. "Le hicimos un torniquete con un cinturón, movilizamos los medios, lo pusimos en posición de seguridad, le estuvimos controlando el pulso porque el brazo estaba fatal pues una rueda de la máquina le había hecho bastante daño y de hecho creo que se lo han tenido que amputar", manifestó el guardia civil. La rápida intervención resultó providencial para salvarle la vida al malherido vecino de Agrosagro accidentado con su máquina de segar la hierba. Tanto el cabo primero como el vecino de la parroquia que acudieron a su auxilio sin pensárselo dos veces y en ningún momento se vieron superados por la situación, tal y como reconoce el suboficial trasdezano. "Sucedió todo muy rápido, afortunadamente, porque llamamos al helicóptero medicalizado y llegó en unos quince minutos desde que lo llamamos para que recogiera al herido", recuerda Ouzande, que reconoció que por su trabajo no se trata de la primera vez en la que tuvo que realizar un torniquete a un herido, una medida de urgencia que evitó el desangrado de la víctima. "La rueda de la máquina siguió traccionando encima del brazo y le fue comiendo toda la carne, venas y demás, y por eso digo que la cosa pintaba muy fea cuando Vidal y yo llegamos al lugar donde el hombre había volcado con la segadora", explicó Marcos Ouzande.

Decaimiento

Los minutos cruciales vividos por Marcos Ouzande y Vidal Lamas terminaron pasando factura al vecino de Agrosagro, menos habituado a moverse en situaciones de alto riesgo. "Vidal me ayudó en todo porque entre los dos le hicimos el torniquete, le pusimos en posición de seguridad, pero cuando empezaron a llegar efectivos médicos al lugar él se decayó un poco y se echó para atrás porque, claro, es vecino y estas cosas no son fáciles", indicó el guardia civil

Lo cierto es que el maltrecho vecino de Agrosagro fue evacuado de manera urgente a bordo del helicóptero medicalizado del 112 hasta las instalaciones del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) para ser atendido de sus heridas. Desde la Oficina de Prensa de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra se recordaba también ayer que "el pronóstico inicial del facultativo que se personó en el helicóptero fue grave, pero en principio no parece que esté en riesgo la vida del lesionado debido a la acción del torniquete, fundamental para cortar la hemorragia", tal y como también señaló el personal sanitario de la unidad aérea cuando acudieron al rescate. Al cierre de esta edición, L.M. permanecía ingresado en la UCI del hospital santiagués continuando con pronóstico grave. Fuentes del hospital reconocieron que podía peligrar el brazo izquierdo del malogrado, algo que está pendiente de la evolución del paciente en las próximas horas.

El suceso tiene conmocionado el lugar de Agrosagro tanto por cómo sucedió como por lo apreciado que es la víctima entre sus vecinos. En esta ocasión, la profesionalidad, preparación y constancia del cabo primero Marcos Ouzande y de Vidal Lamas se saldó con el mayor reconocimiento posible: Salvar una vida humana. Ambos han vuelto a sus respectivas ocupaciones después de vivir juntos un episodio que a buen seguro ninguno de los dos olvidará. A ninguno le gusta que les califiquen como héroes, pero su acción ha conseguido mantener las constantes vitales de un hombre que si no fuera auxiliado con celeridad a buen seguro que no lo podría contar. Marcos Ouzande y Vidal Lamas se han convertido desde el pasado jueves en dos referentes más de la solidaridad dentro de la comarca dezana.