La Asociación para o Desenvolvemento Social da Comarca do Deza, Acode, con sede en Silleda, se ha sumado al Pacto por la Educación en Equipo. La asociación trasdezana es la primera que ha firmado un documento inspirado por la Fundación SM, la plataforma educativa Gestionando Hijos y un grupo de expertos, entre los que destacan nombres como Javier Urra, Begoña Ibarrola o Silvia Álava, entre otros. La silledense Conchi Cochón pertenece a Acode.
-¿Por qué Acode se decidió a firmar esta iniciativa nacional?
-Nosotros ya llevamos once años con la asociación y, evidentemente, nuestro ámbito es el educativo. Siempre nos queremos sumar a cualquier iniciativa que ayude, como es el caso de este pacto. Lo empezamos a conocer a través de las redes y vimos que detrás de él hay gente muy relevante difundiendo la importancia de que padres y profesionales siguieran todos unos puntos en común. Lamentablemente, hoy en día los centros escolares van por un lado y las familias por otro, que no remamos todos en la misma dirección. Por eso nos pareció interesante sumarnos a esta iniciativa y poder difundirla por aquí, primero con las familias con las que trabajamos y, después, que pueda llegar a mucha más gente.
-¿Qué es lo que destacaría de este nuevo pacto educacional?
-Para nosotros, lo más importante del Pacto por la Educación en Equipo es la concienciación. Si todo el mundo lee los puntos de los que consta este pacto, se dará cuenta de que esto tiene que ser así. Es pura lógica. Lo que pasa es que pactos como este deberían hacer que entre todos lo podamos poner en práctica comprometiéndonos a ello. Está claro que las altas esferas son las que tendrían que tenerlo en cuenta, pero lo más importante es el compromiso por parte de los profesores, de las familias y de todos los que formamos parte del ámbito educacional.
-¿Qué es lo que está fallando para que se tengan que poner en marcha iniciativas como esta?
-Justamente lo contrario que defiende el pacto. Como te decía antes, cada uno está yendo por libre. Las familias no colaboran con la escuela porque hay estrés laboral, dejando de lado la educación que había antes en la que la escuela era un referente que se complementaba con la colaboración de la familia, por supuesto. Ahora eso ya no pasa, y en muchas casas la familia es como un ente aislado e incluso se ve como algo opuesto a la escuela. Eso se traduce en que a veces se pide colaboración a la familia y en muchos caso es nula. Incluso se pide la colaboración de la escuela y tampoco se integra en la comunidad en la que está. Al final, los niños están en el medio y terminan siendo los perjudicados, y vemos a que tipo de sociedad nos está llevando con esta pérdida de valores en la que estamos ahora.
-¿Es factible poner en práctica este pacto tal y como se encuentra la sociedad contemporánea?
-Partimos de la idea de que creando pactos así nos podamos concienciar de hasta que punto llegamos de individualismo, incluso a nivel social. Se trata de volver a aquellos inicios donde todos eran más colaboracionistas para beneficiar a nuestro futuro, que es lo que representan esos niños que son los principales beneficiarios.
