El gobierno de Lalín ha dado un impulso a la construcción de la rotonda que falta entre las avenidas Xosé Cuiña y Madrid, a la altura del cruce entre las calles Estación y Montserrat. El pasado lunes fueron citados a una reunión los propietarios de las fincas necesarias para la ejecución de unas obras cuyo coste alcanza los 130.000 euros, aunque en esta cantidad no se incluyen los fondos necesarios para la obtención del suelo.
En el encuentro celebrado en el consistorio el concejal de Urbanismo, Nicolás González Casares, informó a los dueños de las fincas que la voluntad del ejecutivo municipal pasa por alcanzar un acuerdo para evitar los siempre largos y a veces tortuosos procesos expropiatorios, que podrían demorar la construcción de esta glorieta. Aunque no trascendieron las cuantías de tasación del metro cuadrado, algunos de los presentes indicó que se habían puesto encima de la mesa valores semejantes a los de los terrenos del SUE-3, una vez que la zona de la rotonda formaría parte de este área de desarrollo periurbana lalinense. Para llevar a cabo este proyecto el Concello precisa llegar a un acuerdo con cuatro propietarios, una vez que la quinta parcela -anexa al vial de acceso al cementerio desde esta intersección ya es de propiedad municipal-, siendo por tanto cuatro las fincas a ocupar parcial o totalmente. En total, vía acuerdo o expropiación, son necesarios 400 metros cuadrados de terreno para estas obras. En caso de que los vecinos acepten las condiciones el proceso podría agilizarse y acometerse lo antes posible, una vez que Casares reconoce que esta infraestructura es prioritaria. La rotonda tendrá un radio de entre 30 y 40 metros y será semejante a las ya existentes en esta carretera que circunvala el casco urbano. En la Avenida Cuiña está la de la entrada a la villa desde la N-525, así como las situadas a la altura de la parte trasera del consistorio y la de Donramiro. En la parte alta, en dirección a la carretera de Ourense, está la de Alto de Vales.
En lo que respecta a la financiación de la obra el responsable municipal de Urbanismo señala que podrían analizarse varias vías, sin descartar que el proyecto fuese incluido con cargo a remanentes como inversión financieramente sostenible si tuviese encaje dentro de la rígida normativa del ministerio. Después de la reunión "preliminar" del lunes Casares tiene previsto volver a citar a los afectados con el propósito de conocer su respuesta a la oferta por sus terrenos. En todo caso afirma que el proyecto "ni tiene iniciados los expedientes de ocupación o expropiación", si bien la obra podría iniciarse si es posible ya durante lo que resta del presente año.
Si el concejal cree que la obtención de los terrenos no debería ser demasiado problemática para la administración municipal, más dudas tiene acerca de los plazos y objeciones que pondrán otros organismos suparamunicipales para la obtención de permisos. En este sentido dice que hace más de cuatro meses fue remitido el proyecto técnico a la Dirección Xeral de Patrimonio para que informase sobre el mismo, pero todavía no hay respuesta. También asegura que acudió en varias ocasiones a la delegación de la Xunta en Pontevedra para realizar gestiones, con el mismo resultado. En una de ellas, dice, se le comunicó que un arqueólogo visitaría los terrenos para emitir un informe. La realización de la obra se antoja compleja, máxime ante la probable aparición de restos arqueológicos, cuando se comiencen los trabajos, en una zona próxima al castro de Donramiro.
