Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Conté tres casos graciosos durante mi homenaje"

-¿Qué le pareció el homenaje que le hicieron en Santiago?

-Fue muy bonito. Lo que pasa es que éramos unos cuantos a los que nos daban las insignias, y como no me había preparado ningún discurso, tenía pensado ver qué decían los demás para saber por donde tirar. Lo que no me imaginaba es que iba a ser el primero en subir para recoger el premio. Cuando fuimos a comer me pidieron que contara algo de Lalín, y me acordé de varias anécdotas que me pasaron cuando trabajaba aquí, y fue lo que les terminé contando. Fueron tres casos muy graciosos que les gustaron mucho a todos.

-¿Cuénteme alguna de ellas?

-Una vez había un tipo llamado Meixomín, muy famoso en Santiso, que tenía un hijo que ya le murió y que iba para cura. El caso es que el hijo le estuvo dando al padre supositorios por vía oral. A mi no me dijo nada, pero recuerdo que Licho me pidió que lo fuéramos a ver, y cuando llegamos este Meixomín le echó en cara que le había recetado unas pastillas. Licho le contestó que eran supositorios, y no veas cómo puso al hijo. Después, también recuerdo a una mujer que le habían recetado para su marido unos supositorios carísimos, que costaban 700 pesetas de aquella época. El caso es que fue a la farmacia y le dieron pastillas efervescentes, que por supuesto le administraba por vía rectal a su marido. Yo le ponía inyecciones a él, y se me quejaba de que le ardía el trasero, y fue cuando me di cuenta de lo que le estaba pasando. Son casos que te pasan en toda una vida dedicada a esta profesión y que ahora recuerdas porque fueron casos muy simpáticos, la verdad.

-En tantos años, supongo que es normal tener tantos recuerdos.

-Sin duda alguna. Ya digo que conocía a casi todo el mundo por mi trabajo, y eso me hacía ir de un sitio para otro cada vez que me llamaban. Está mal que lo diga yo, pero tengo que reconocer que mi buena fama era la que muchas veces me hizo tener que andar a toda prisa para poder atender a los que me pedían que los ayudase.

Compartir el artículo

stats