Menos de un mes resta para saber si la oposición lalinense dará el paso de presentar una moción de censura contra el gobierno presidido por Rafael Cuiña. Mientras el Partido Popular sigue sin desvelar su estrategia, el mandatario anima a este grupo a dar el paso para tratar de desalojarlo de la Alcaldía y propone una condición: "el que la pierda [la censura] que asuma responsabilidades políticas". Esta invitación va en consonancia con la del número dos del gobierno, Nicolás González Casares, quien en el pleno de la cuestión de confianza indicó a la oposición que los que perdiesen la censura "se fuesen para casa".

Cuiña, en declaraciones a Radio Lalín, manifestó que a su gobierno le "interesa" que la oposición de este paso y por eso lanza este órdago, convencido que la Ley Antitransfuguismo ampara al cuatripartito para continuar gestionando la administración municipal hasta el final del mandato. "Es evidente que los que pierdan la censura van a quedar muy tocados, por eso queremos que la presenten", dice. Mientras, en las filas populares impera la ley del silencio sobre este asunto y su portavoz, José Crespo, dijo esta semana que su equipo analizaría "los pros y contras" de censurar al ejecutivo. El principal grupo de la oposición ha analizado con detalle el pacto antitransfuguismo buscando la casuística de Lalín: un concejal que abandonó el gobierno para pasarse al grupo no adsctito y cuyo voto no sería determinante en caso de que la moción de censura partiese de los populares.

Sobre las pésimas relaciones entre el gobierno y el PP y el papel jugado por la oposición en su voto cotrario al pesupuesto para este año volvió a hablar ayer el alcalde. "Nadie en la calle entiende que el Partido Popular no se sentase a negociar; lo veo nervioso y su decisión puede convertirse en un afecto bumerang", aduce. Sobre el veto de la oposición a la cuenta el mandatario mostró su confianza en que será aprobada "en breve". Cuiña Aparicio echó la vista atrás y apostilló que el gobierno mantuvo varias reuniones con el PP para tratar de pactar el presupuesto. "Incluso en alguna participó la interventora municipal, pero ni le preguntaron nada". "Se intentó llegar a un acuerdo por diferentes vías?, sí. "¿Votó en contra la oposición?, sí", remarcó el primer edil. Sobre la pérdida de la confianza de la corporación en el pleno de esta semana señaló que entra dentro de lo lógico y que lo que le sorprendería sería que "el PP y el tránsfuga nos diesen su confianza. Nosotros tampoco confiamos en ellos".

Pese a esta posición tan compleja para el gobierno para llegar a posibles acuerdos no solo ahora sino en lo que resta de mandato, Cuiña insiste en que por responsabilidad "y por el bien de los vecinos" sería conveniente alcanzar esos pactos. "Entiendo que te puedes levantar y decir que no, pero nadie entiende que el PP se negase a negociar", dijo, asegurando que en un supuesto caso con él en la oposición trataría de pactar y no cerrar la puerta sin más. Y aseguró que está dispuesto a lograr acuerdos con los populares "en todos los escenarios posibles". Sobre su relación con Crespo dijo que hay pruebas sobradas de sus muestras de respeto institucional hacia él, pese a que ve a su grupo "muy bravo".

Por otro lado, cuestionó que no hubiese una condena pública unánime por la actitud del Cruz con la edil Celia Alonso. "Si llego a hacer eso yo, algo que roza la violencia, a una concejala del PP arde Troya y hasta sería denunciado", declaró. Sobre la contiunidad del albergue de Bendoiro como centro social dijo que depende de la voluntad de la Xunta y espera que se mantenga el doble uso. Solo en último caso el Concello pensaría en construir un nuevo inmueble en la parroquia para uso colectivo.