La Audiencia Provincial condena al lalinense Breogán F.T. a dos años de cárcel como autor responsable de un delito de abusos sexuales contra una joven, durante una fiesta en el campo de la feria de Lalín, el 23 de noviembre de 2012. Además, en concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la víctima con 10.000 euros, dado que la joven padeció "varios episodios de estrés agudo y agravamiento de la sintomatología anímica ansioso-depresiva". El fallo judicial absuelve al joven de un delito de violación, que sí le imputaba la Fiscalía en sus conclusiones tras el juicio de marzo y por el que pedía 12 años de cárcel. También rebaja, de forma ostensible, la compensación económica que solicitaba la acusación particular, cifrada en 77.705 euros.

La sentencia, por otra parte, absuelve al otro procesado, Ángel G.A., (nacido en Silleda) de un delito de agresión sexual, después de que la acusación pública retirara los cargos contra él, al entender que no quedó acreditada su participación directa en los hechos. Los otros dos menores que también estuvieron implicados en el delito ya fueron condenados en septiembre de 2014 por el Xulgado de Menores de Pontevedra.

Al testimonio de los acusados y de la víctima se sumaron los de una veintena de personas, entre las que se incluyen médicos forenses, psicólogos, familiares y amigos de Breogán F.T. Éstos insistían en que el chico nunca se separó de ellos en toda la noche, salvo en algún momento que iba a saludar a algún amigo. Pero el juez ve mucho más peso en el relato que ofrecieron dos hermanas gemelas, amigas de la víctima, así como de una tercera chica, que no conocía a ninguna de las partes. Las dos gemelas coinciden en señalar que el acusado se acercó él solo a la víctima y que la abrazó, un gesto que la chica no se tomó con agrado. Posteriormente llegaron otros tres chavales y empezaron a tocarla, pese a que la joven no consentía esta actitud. A los cinco minutos, Breogán F.T. se llevó a la víctima para la zona trasera del palco, y los otros chicos los siguieron. Coinciden, también, en señalar que al poco rato la víctima salió de la zona trasera del palco, con la camiseta floja y nerviosa. Sin embargo, no sería hasta tres días después cuando la chica les contaría la agresión sexual que padeció. Una tercera joven relató que la víctima le había pedido un cigarrillo y que en un momento dado aparece un joven, que le pasa el brazo por encima y se la lleva con él, sin decir ninguna palabra. Las tres testigos aseguran que la víctima no estaba bajo los efectos del alcohol. Bajo el palco, la joven tuvo que padecer tocamientos en genitales, el culo y los pechos.

La sentencia de la Audiencia Provincial recalca que el testimonio de la propia víctima acerca de los hechos "no hace sospechar la existencia de algún móvil espurio, de resentimiento, de enemistad, venganza, enfrentamiento, interés o cualquier otro similar que pudiese generar incertidumbre". Es más, lo que contó la chica y que incrimina a Breogán F.T. queda corroborado por la versión de sus amigas y la desconocida, así como de Ángel G.A. y de otro chico.

El juez señala que "el caso no constituye una ofensa de menor entidad a la indemnidad sexual". Afea la conducta del acusado, porque "bien que se preocupó de aparentar cierta normalidad delante de la gente que había en la fiesta para, a continuación, llevar a la víctima debajo del palco, un lugar oscuro y al que únicamente se dirigían los hombres por un corto espacio de tiempo para miccionar". Añade que Breogán F.T. intentaba satisfacer sus impulsos sexuales tocando a la joven en contra de su voluntad, pero es que además incluso "se permitió invitar a participar en tales abusos a otras dos personas". Estos dos, cuando declararon, decían que les había parecido una situación graciosa y que pensaban que era con el consentimiento de la joven.