También en materia sanitaria, la unión hace la fuerza. Y cuando el objetivo es tratar de suplir el vacío que muchos pacientes sienten entre la consulta y el hogar, el mérito es todavía mayor. En esto trabajan el centro de salud de A Estrada y la Asociación de Dano Cerebral de Compostela Sarela, que ayer se intercambiaron sendos diplomas de reconocimiento. El primero, por la atención sanitaria que presta a personas con daño cerebral adquirido (DCA), y el segundo, como distinción a las buenas prácticas desarrolladas en relación a la información y prevención de esta enfermedad.

El acto de ayer, en el que participaron el presidente de Sarela y su trabajadora social, José Balboa y Eugenia Beloso, respectivamente, el jefe de servicio del centro de salud estradense, Juan José Sánchez Castro, y la trabajadora social del mismo, Milagros Núñez, sirvió para avanzar ese camino hacia la colaboración, iniciada con la firma de un convenio en este sentido, el pasado octubre.

Los representantes de la asociación reunieron ayer al personal del centro para presentarle sus servicios y los proyectos que tiene en marcha para que luego sean los propios facultativos quienes faciliten el lazo de conexión de los pacientes, cuidadores y familiares de enfermos de DCA con Sarela. "Hablamos incluso de que Sarela forme a familiares que han tenido un ictus, por ejemplo, o algún tipo de daño cerebral adquirido", explica Sánchez Castro. Abordar estrategias de aprendizaje para familiares, enseñarles a comunicarse con este tipo de enfermos o a manejarlos es uno de los aspectos sobre los que se trabajará. Para iniciar esta labor, una de las ideas que baraja el centro es crear un registro de potenciales beneficiarios, listado del que carece y que ayudaría a poner en contacto a los pacientes y sus cuidadores con recursos como los que ofrece Sarela. Hasta el momento, el centro facilita esta comunicación a través de su trabajadora social. Cabe señalar que el colectivo cuenta con un centro en O Castiñeiriño (Santiago de Compostela) que presta servicio -transporte incluido- a toda el área sanitaria, si bien solo un 30% de sus plazas son públicas y están ocupadas, según precisó ayer Sánchez Castro. "Una persona con demencia o DCA no tiene las mismas prestaciones que un enfermo de cáncer, por ejemplo, porque el sistema sanitario no se las da. Aunque hay colaboración, existe mucha fragmentación", apunta en relación, precisamente, a ese vacío, a la falta de apoyo que el enfermo y los familiares de estos pacientes sufren desde el momento en que salen del hospital. "Antes de dar el alta debería estar preparado; hay un gran trabajo por hacer" en este sentido, defiende.

Este acuerdo de colaboración entre la asociación y el centro se enmarca en el plan estratégico de responsabilidad sociosanitaria puesto en marcha por este último con varias líneas de estrategia para canalizar la difusión de información hacia los pacientes y "recoger ideas de la propia sociedad de A Estrada, intentando que, además de tener pacientes, podamos tener una comunidad activa", señaló el jefe de servicio.