El gobierno de Lalín se someterá a una cuestión de confianza vinculada a la aprobación del presupuesto municipal en una sesión fijada para el próximo lunes día 29. Esta decisión fue anunciada por el mandatario, Rafael Cuiña, y los portavoces de su ejecutivo cuatripartito en el despacho de la Alcaldía minutos después de que la oposición tumbase en pleno el documento económico para este año. Era una de las alterativas que, en caso de que Partido Popular y el edil no adscrito Juan José Cruz hiciesen valer su mayoría numérica para echar abajo una cuenta de 14,5 millones de euros y éste es el camino que ha tomado el ejecutivo local para sacar adelante la cuenta, aunque su aprobación definitiva podría demorarse hasta el mes de agosto.

El gobierno local, quizá conocedor de que no sería capaz de sacar adelante el presupuesto, estudió la legislación y por eso ya habló de que este freno al documento económico supone un retraso de un par de meses en la entrada en vigor del mismo. El regidor cuestionó la "irresponsabilidad" del PP por votar en contra y dijo que con esta decisión no se desgasta a su gobierno y sí se perjudica a los intereses generales de los lalinenses. Máxime, comentó, cuando una moción de censura para desalojar a su equipo del poder no es posible pues la ley lo impide al no poder contar los populares en este supuesto con el voto de Cruz. "Esto es un paripé lamentable y el PP era consciente de que tendríamos que hacer esto antes o después". Una vez cerrada la posibilidad de la censura, el alcalde explicó que tras el pleno del próximo lunes hay un mes para que la oposición pueda presentar un candidato alternativo y un programa de gobierno y aun sin esta posibilidad, habría que esperar otro mes para que la cuenta quedase aprobada.

El teniente de alcalde, Nicolás González Casares, conminó a los populares a anunciar en el pleno de la cuestión de confianza que renuncian a la moción de censura para agilizar plazos "y que no nos hagan perder otro mes más". Antes ya lo había dicho Cuiña, pero el número dos del gobierno también acusó a la oposición de "ni siquiera haber mirado los presupuestos".

Francisco Vilariño, encargado de la defensa política de las cuentas, declaró que con el voto contrario la oposición "decide castigar a este gobierno, pero a quien castiga es a los vecinos". Al no adscrito le recriminó sus palabras cuando habló de compromisos "para que este gobierno no caiga, sino que es la ley la que le impide votar en una moción de censura". Aseguró que PP y Cruz habían pactado su voto, además de cuestionar a la oposición por tumbar la cuenta con pobres argumentos, sin ofrecer uno alternativo o presentar enmiendas al mismo. "Se permitieron el lujo de, en un pleno de presupuestos, no hablar de presupuestos", dijo.

La portavoz de APAC, Lara Rodríguez Peña, dijo que el pleno que acababa de rematar había sido el "más lamentable en estos dos años. Creo que el PP debería entender los presupuestos y el tránsfuga no se dio ni cuenta que el dinero que reclamaba para las bandas sí aparece". La edil dijo que le había costado seguir "e incluso mantener la atención" a las palabras del portavoz popular, José Crespo, y a las del no adscrito. "La ignorancia del tránsfuga es supina", concluyó en una sesión en la que el PP finalmente se presentó con todos sus ediles. También María Álvarez, en proceso de recuperación de una intervención quirúrgica.

Para rematar, Cuiña agradeció la colaboración del Concello de A Coruña en la asesoría sobre temas administrativos relacionados con la cuestión de confianza, que ya tiene fecha.

En lo que concierne al pleno, la sesión arrancó con la edil de Facenda, Teresa Varela, desmenuzando durante más de media hora el presupuesto. A continuación tomó la palabra el portavoz del PP cuestionar de nuevo la convocatoria extraordinaria de una sesión que a su juicio si el gobierno hiciese los deberes debió haberse celebrado hace meses. Crespo replicó a las palabras de días atrás de Cuiña en las que pedía a su grupo "responsabilidad" en la aprobación de la cuenta y dijo que nunca en la historia de Lalín el presupuesto había sido sometido a votación en mayo. Insistió en que el cuatripartito nunca tuvo voluntad de pactar este documento, además de llamarle la atención de que en la propuesta inicial trasladada a su grupo y la que vino ayer a pleno el capítulo de inversión real que se podía pactar pasase de más de 400.000 euros a mucho menos de la mitad. "Son los presupuestos del engaño para la conveniencia de cuatro fuerzas y no representan a la mayoría de los vecinos, solo al sentir de una parte". Crespo echó en falta inversiones acordadas en pleno como las depuradoras de Vilatuxe y Prado, los puentes sobre el río Asneiro, la recuperación del aula de la UNED, los alcantarillados en Botos y Cadrón, denunció una pobre inversión en el rural o que la subvención al comercio se rebajase de 60.000 euros a solo 35.000. Cuiña, en ese instante, dijo que existía el compromiso con la Asociación de Empresarios de Deza (AED) de suplementar los fondos hasta la cuantía aprobada. "Si quitamos el DUSI, la inversión queda reducida a poco más de 160.000 euros y el rural queda condenado a partidas genéricas de chapa y pintura", adujo. Por último afeó al gobierno por su incapacidad de gestión ante administraciones superiores o la pérdida de varias subvenciones de la Xunta por negligencia política.

"Esperaré a la segunda intervención, porque en esta primera se permitieron el lujo de hablar de todo menos de presupuestos", espetó el edil Francisco Vilariño, encargado de defender la parte política del debate. En un campo, en el de los números y la hacienda municipal donde el nacionalista se siente cómodo, recordó que cuando el cuatripartito llegó al poder había una deuda de 5,4 millones de euros, que a finales de este año quedaría aminorada hasta los 2,5. Vilariño aludió a la solvencia de un concello que según este proyecto de presupuestos genera de recursos vía ingresos el 88,7% de la cuenta, además de incidir en que el presupuesto elaborado es el más elevado desde 2012, "algo que para ustedes debería ser motivo de alegría". Y citó que por primera vez hay un acuerdo con "todos los sindicatos". Para replicar al PP indicó que existe una apuesta decidida por el comercio, las partidas de Turismo y Cultura suben en casi un 30% o en un 187% las actuaciones en vías públicas vecinales, además de los 14 proyectos del plan DUSI.

El edil no adscrito dejó pasar dos turnos sin hablar indicando que prefería escuchar primero los alegatos del PP, después reivindicó su papel como interlocutor para dar al gobierno una mayoría. Si bien asumió un rol secundario, lanzó un par de reflexiones como que el proceso de regularización del personal no alcanzaría el millón de euros dicho por el ejecutivo, que el DUSI obviaba al rural e insistió en que, aunque fuese por un gesto de simpatía conmigo", debió haberse producido un acercamiento para negociar con él. Cruz ya advirtió de que el cuatripartito podría plantearse una cuestión de confianza.

Primero Crespo y después su compañero José Antonio Rodríguez citaron la "falta de lealtad" del ejecutivo local, que había culminado sin una voluntad real de pactar el presupuesto. Rodríguez también apuntó que, cerrada la opción de la negociación, el gobierno tenía "otras vías" para aprobar las cuentas públicas. "Los malos son el PP, luego la interventora y después Montoro", declaró cuando el teniente de alcalde dijo que las medidas del Gobierno central suponen que los concellos estén "intervenidos" y sin margen de maniobra para, por ejemplo, poder invertir el dinero que se ahorra. Subrayó que en la primera toma de contacto con el gobierno para un posible pacto a su equipo no se le presentó nada concreto y que desde el documento entregado después y el actual hay una diferencia abrumadora. Rodríguez, que tiró mucho de los datos de la liquidación del año pasado, desveló que por ejemplo la partida de accesos a núcleos rurales solo se había ejecutado el 8%, quedando "sin gastar 591.269 euros". El mismo argumento usó para cuestionar que solo se librase el 9% del crédito previsto para fomento del empleo. "Se negaron a negociar", zanjó el edil popular. "¿No hubo voluntad de negociar?, si en las reuniones nunca propusieron nada ni preguntaron algo a la interventora. Ustedes hacen mercadeo", replicó Vilariño.

Casares, por su parte, justificó el retraso en la elaboración del presupuesto por cuestiones administrativas y aludió "al secuestro de la voluntad popular" con la pérdida de la mayoría salida de las urnas. "Llegaban a las reuniones para negociar pertrechados hasta con ordenadores y una vez allí nos decían: no queremos negociar, no nos fiamos; ese es su gran argumento". Reiteró que los concellos tienen las manos atadas por las leyes del Gobierno Central "del PP en Madrid". También citó la herencia recibida en temas como la regularización del personal culpando al anterior gobierno local de una pésima gestión en este ámbito. "No sé si ustedes tenían peleas para hacer los presupuestos, pero nosotros ninguna y entre la chapa y pintura que dicen y su despilfarro, nosotros vamos a un término medio", concluyó Casares, advirtiendo además que hay acuerdos plenarios con reflejo en las cuentas propuestas. Por último recordó a la oposición que había votado a favor de la petición de un crédito para el desarrollo del plan DUSI y que con el voto contrario a los presupuestos habían incumplido su propia palabra.