El portavoz del BNG de Vila de Cruces, Xoán Blanco, alertó de desperfectos en el arco de A Carixa. La antigua construcción, que une los municipios de Silleda y Vila de Cruces, presenta un agujero que preocupa a los nacionalistas. Este arco se ubica en el lugar de A Carixa en la parroquia de Merza, de hecho, según explica Blanco, este era antiguamente la zona de baño que ahora fue desplazada por la puesta en marcha de las conocidas piscinas. Sin embargo, en la actualidad todavía es frecuentada por muchos atrevidos que utilizan la altura de la construcción como trampolín.

De esta manera, Banco muestra su preocupación ante que pueda seguir deteriorándose, algo que puede llevar a que se caiga provocando incluso algún daño. Asimismo, el edil pide al Concello que actúe con celeridad, tanto es así que, además de llevar a pleno una solicitud para que se actué con rapidez, Blanco asegura que se pondrá en contacto con el alcalde cruceño, Jesús Otero, para informar de la situación e instarlo a que se realice la adecuación pertinente.

El nacionalista explica que "aunque no es un arco románico, sí que es de gran tradición y sabemos que está protegido por patrimonio". De ahí que, con más motivo, demanden al gobierno local que realice los trabajos necesarios para impedir que la construcción siga sufriendo daños. Hasta el momento se desconoce cómo ha surgido ese agujero.

Petición de Urgencias

Por otra parte, Blanco asegura que aguarda "una respuesta contundente" por parte del regidor cruceño, ante la solicitud del BNG en el Parlamento a la puesta en marcha de un Punto de Atención Continuada (PAC) en el municipio. El edil cree que Otero "debe demostrar si es un títere de su partido o actúa en consonancia a las necesidades de los vecinos de la localidad y en consonancia a lo votado en pleno".

Blanco considera "inaceptable para la gente que vive en el rural que tengamos menos servicios que en otros lugares ya que pagamos los mismos impuestos", por lo que demanda al alcalde que "muestre por qué levantó la mano en pleno, no solo para quedar bien porque sí, si no para que fuese útil", manifiesta. Hace hincapié en que Vila de Cruces tiene una población envejecida, además de dispersa, lo que dificulta la llegada del profesional sanitario a los domicilios y el recorrido para llegar al PAC de Silleda es muy elevado. Es más, dicen sentirse discriminados en la atención sanitaria que tienen en comparación de municipios limítrofes como Arzúa, Melide o Silleda.