El gobierno de Lalín desea que las calles del núcleo urbano luzcan lustrosas y para ello acaba de lanzar una campaña que pretende combatir la proliferación de colillas, heces de animales de compañía y demás desperdicios. Si el año pasado aprobó una ordenanza de medio ambiente que establece sanciones por estas prácticas, ahora comenzará a aplicarse con determinación para alcanzar el objetivo. Así lo avanzó ayer el alcalde, Rafael Cuiña, y la concejala de Medio Ambiente, Celia Alonso, en la presentación de una campaña específica contra el depósito de colillas en la calle.

La iniciativa va acompañada de una identidad corporativa representada por el personaje Cabicho, un cigarrillo que advierte de la prohibición de tirar en espacios públicos los pitillos. Diseñada por el concejal de Novas Tecnoloxías, Tomás Vilariño, esta campaña será llevada a los centros educativos, a la Asociación de Empresarios de Deza (AED) y al sector de la hostelería con el objetivo de erradicar esta práctica. Con una inversión de en torno a 850 euros se financiará la cartelería de la campaña contra las colillas, que también incluye unas 2.000 pegatinas y otras tantas chapas. El regidor indicó que si bien muchos negocios de hostelería ya tienen ceniceros en el exterior de sus locales, se pedirá colaboración a este gremio, también en coordinación con la patronal dezana. Asimismo se instalarán dos paneles ilustrativos: uno en la Avenida Luis González Taboada y otro en Praza da Igrexa. La actuación abarca varios frentes, desde la concienciación ciudadana y la urbanidad hasta la salud y por eso los colegios tendrán protagonismo. "No es una guerra contra el tabaco, solo es a favor de tener limpio el pueblo", destacó el mandatario local, quien insistió en la parte pedagógica de una iniciativa que tiene como fin último que las calles estén lo más limpias posible.

Tanto Cuiña como Alonso señalaron que la erradicación de la suciedad en los espacios públicos no pasa por un incremento en el número de papeleras o contenedores, "porque la ratio ya es muy elevada". "No puede haber una papelera en cada sitio en el que una persona apague un pitillo", declaró la responsable municipal de Medio Ambiente. En este sentido pusieron como ejemplo lo que acontece en ciudades europeas en las que no se ve basura en la calle y tampoco hay papeleras cada pocos metros. "Es una cuestión de concienciación", dijo Alonso.

Además de erradicar las colillas en las rúas, preocupa mucho la problemática que hay con las heces de animales de compañía. En este sentido la concejala manifestó que todas las prácticas que vayan contra la conservación de los espacios públicos serán perseguidas con la ordenanza en la mano. La Policía Local tiene orden de sancionar a las personas que tiren cigarros, no limpien las heces de sus perros en la calle o a las personas que orinen en la vía pública. La normativa municipal establece sanciones de 30 euros, que en casos graves podrían incrementarse hasta los 750. En todo caso la primera cuantía será la más habitual en las multas. Alonso explicó que la Guardia Civil trasladó varios expedientes a vecinos por miccionar en la rúa, que están siendo ahora tramitados por el Concello. El gobierno municipal también será implacable a la hora de establecer multas a los dueños de perros u otros animales de compañía que defequen en la calle.