La corporación municipal de Silleda celebró ayer un pleno extraordinario para organizar la consulta popular del próximo 4 de junio, en la que los vecinos decidirán si se cambia o no el consistorio a las dependencias de la Casa da Cultura. En torno a unos 7.000 habitantes (los mayores de 18 años) podrán votar a favor, en contra o en blanco a la pregunta "¿Está usted de acuerdo con el traslado de la casa consistorial, Rúa Trasdeza, número 55, y demás servicios ubicados en otras dependencias al edificio actualmente destinado a la Casa de Cultura?".

Tal y como indicó el alcalde, Manuel Cuiña, este referéndum conlleva un desembolso económico de 7.535 euros, repartidos entre los 6.120 que servirán para abonar la jornada a los trabajadores municipales que optaron por cobrar los 180 euros en lugar de disponer de tres días libres (son 34, frente a 15 que se decantaron por la libranza), los 390 de impresión de papeletas, con las tres opciones de respuesta, los 425 de la de sobres y los 600 que costó el pleno. Eso sí, pese a las continuas insistencias de la oposición, el gobierno sigue sin dar una idea, siquiera aproximada, del coste que tendrá el traslado y la obra necesaria para adaptar la Casa da Cultura a sus nuevas funciones, en caso de que gane el sí.

La sesión plenaria sirvió para distribuir, por sorteo, a 45 de los 49 trabajadores que colaboran en la jornada, puesto que cuatro de ellos se encargarán de resolver incidencias, montar los colegios electorales y atender a los medios de comunicación. De esos 45, seis quedan como suplentes, para cubrir cualquier indisposición. Los 11 ediles presentes (faltaba el popular José Antonio Ramos Dobarro y el alcalde no participó) iban diciendo números de forma aleatoria entre el 1 y el 45, y cada número estaba asignado a un trabajador. Cuiña leyó, al final, quiénes eran el presidente y los dos vocales de cada una de las 13 mesas que estarán abiertas al público de 9.00 a 20.00 horas. A diferencia de unas elecciones políticas, en el casco urbano de Silleda habrá dos mesas, en lugar de tres, y en el de A Bandeira una, en vez de dos.

El escrutinio se realizará en cada mesa, anotando el número de papeletas en blanco, las que tienen un "sí" marcado y las que optan por el "no". El resultado de cada una de las 13 se comunicará al secretario, Manuel Quintáns, que dará fe y comunicará la decisión popular a la junta electoral de zona. Por último, estos resultados quedarán refrendados en el pleno ordinario siguiente a la consulta, es decir, en la sesión de finales del mes de julio.

Las mesas se ubicarán en los locales que suelen utilizarse en unos comicios electorales. Además, se habilitan dos espacios por si los grupos políticos u otros colectivos desean realizar algún acto, durante las semanas previas al día del referéndum. Podrá utilizarse, entonces, tanto la Casa da Cultura de Silleda como el auditorio Manuel Dopazo, en A Bandeira. Cuiña apuntó la posibilidad de disponer, además, de los locales sociales de las parroquias, pero entonces habría que saber de forma previa si estos están libres para el día en que deseen utilizarse. Para realizar dichos actos, es preciso solicitar permiso por registro a la junta electoral de zona. Además de esto, desde el gobierno se organizará una pequeña campaña informativa, según apuntó semanas atrás el alcalde.