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Carmen Pomar Tojo: "Es un error pensar que los niños con altas capacidades tienen garantía de éxito"

"Con una metodología adecuada, estos alumnos tiran de sus compañeros de aula"

La doctora Pomar, durante una conferencia anterior.

El Salón de Actos de IES Laxeiro de Lalín alberga los días 11 y 18 de mayo, de 17.00 a 21.00 horas, dos conferencias enmarcadas en el programa de actividades "Atención educativa ao alumnado de altas capacidades" organizado por el Centro de Formación e Recursos de Pontevedra. La primera charla será impartida el día 11 por la psicóloga clínica Carmen Sanz Chacón y está titulada "Dende o fracaso escolar á excelencia educativa", mientras que la del día 18 correrá a cargo de la doctora en psicología infantil Carmen Pomar Tojo y versará sobre los niños superdotados. Antes, ayer y hoy, está en la Facultade de Psicoloxía de Santiago para formar a profesorado de Infantil, Primaria y Secundaria.

-¿Los niños con altas capacidades han pasado de ser un orgullo familiar a un problema?

-Ni es un orgullo ni tampoco es un problema en sí. Al final, depende un poco de la actitud y de cómo se entienda el tema. Tener un hijo siempre puede ser un orgullo sea de altas capacidades o no, y también puede ser un problema. Entonces, el hecho de que nos inclinemos más por una cosa u otra va a depender de muchas variantes que, a veces, tienen que ver con la forma de ser del propio niño, y otras veces tiene que ver con la respuesta que desde los distintos contextos se da a este tema. Hay niños con altas capacidades que no tienen ningún problema, y que tienen un desarrollo incluso a nivel escolar pues muy positivo, y hay otros niños con altas capacidades que sí tienen problemas. Pueden tenerlos por sus propios perfiles emocionales y porque tampoco el contexto escolar, y a veces el familiar, no entienden muy bien lo que es eso de la alta capacidad y no saben responder a esa cuestión cuando aparece en su vida.

-Estos niños deben sentirse arropados por sus familias para evitar males mayores, ¿no es cierto?

-La familia no puede adoptar ni un papel de prepotencia ni tampoco uno dramático o tremendista. A veces los padres se echan las manos a al cabeza y se preguntan qué hacer con ese hijo tan inteligente. Yo siempre comento que hay padres que empiezan a pensar en el poder adquisitivo y en que con su sueldo no los pueden mandar a un colegio de élite y anotarlo en siete actividades para que cubrir sus necesidades. Yo creo que la actitud con un niño independientemente que sea o no de altas capacidades es la misma. A los padres cuando les das la información tienen que cambiar la manera de actuar con sus hijos. Hay algo muy curioso que es que hay padres a los que les hablas de altas capacidades interpretan es hacer adultos a sus hijos pequeños. Hay padres que se preguntan cómo su hijo puede ser un superdotado y dormir con un peluche o cree todavía en el ratoncito Pérez, en Papá Noel o en los Reyes Magos. Hay como una especie de compulsión ahí entre la madurez emocional y la capacidad intelectual. Estos niños pueden aprender cosas muy rápido, su estructura mental es excesivamente madura a veces para su edad o que su vocabulario y la manera que tienen de resolver las tareas no encaja con la edad que tienen, pero sin embargo a nivel emocional y a nivel social tienen las mismas necesidades o incluso más que el resto de los niños de su edad. Es muy importante que los padres sean reivindicativos y pedir que haya formación e información, pero por otro lado yo creo que cuanto más normalicemos los temas menos vamos a perjudicar al niño en cuestión.

-¿Es partidaria de que estos niños se eduquen en centros específicos y aislados del resto?

-Radicalmente no. Nosotros desde la unidad en la que trabajo hace años que apostamos en un modelo mucho más inclusivo. Yo me dedico a veces a recorrer Galicia formando a profesores, que es lo que voy a hacer en Lalín, y lo que intento transmitirles a los profesores de la escuela pública es que tienen que utilizar metodología que le permita responder a las necesidades de estos niños. No soy partidaria de centros específicos porque creo que el mundo es cada vez más heterogéneo y completamente diverso, y creo que la educación va mucho más allá de lo que sería responder a unas necesidades intelectuales. Nosotros tenemos también que formar a futuros ciudadanos y ciudadanas que sepan relacionarse con todo tipo de personas y, sobre todo, porque en los ámbitos laborales ellos van a tener muchas veces que responder a unos objetivos y a una serie de metas en las su condición de poseer un alta capacidad no va a cambiar nada en absoluto.

-¿Habrá que hacer un esfuerzo muy grande por parte de la comunidad educativa para formar a estos niños conjuntamente con el resto del alumnado de los centros?

-Lo primero que hay que hacer es desmitificar este tema y crear más sensibilidades porque hay un error en general que es el pensar que los niños con altas capacidades tienen garantía de éxito en lo escolar y en la vida en general. Son la oveja negra porque la gente piensa que dedicar fondos y tiempo a las altas capacidades es como algo realmente inútil. Claro que es complicado, aunque cada vez me encuentro con más profesores concienciados con este tema pero hay otros que tiene una imagen de la alta capacidad como la de aquel niño que tiene muy buenas calificaciones, estudia mucho, se pasa el día leyendo y no tiene absolutamente ningún problema. Eso después en la realidad no es así. Sí que es cierto que después, en las aulas, no se trata de ralentizar los objetivos sino todo lo contrario, a lo que hay que ir es a aprendizajes de alto nivel y de mayor profundidad, y eso siempre exige un mayor esfuerzo, pero no es imposible. Estamos comprobando que cuando se introduce una metodología que responde a las necesidades específicas de estos niños, al final también de algún modo se está ayudando a los niños que no tienen esas altas capacidades. Los niños con altas capacidades tiran de sus compañeros de aula.

-¿La alta capacidad es hereditaria o no?

-El niño de alta capacidad no se hace, tiene que nacer y tiene que tener un potencial, y ese potencial viene determinado por la genética. Es algo que está absolutamente demostrado. Eso de voy a ver si llevo a mi hijo a unas actividades, le compro unos libros y a ver si hago de él un superdotado, que los padres se relajen porque no funciona. Tiene que haber una predisposición genética. Es cierto que algunas veces no se consigue en primera generación, y a lo mejor resulta que el que era súper genio el bisabuelo o un tío abuelo hermano de no se quién. También es cierto que todos sabemos que por mucha predisposición genética que tengamos es muy necesario que el ambiente favorezca a que es potencial se convierta en algo real. Incluso los deportistas de élite necesitan entrenar a menudo para poder competir.

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