El acoso escolar se da más en niñas que en niños. Los profesionales de la educación subrayan la importancia de los protocolos de actuación en todos los ámbitos, que impliquen a profesores y familiares para poner fin a una lacra social que va en aumento.
-¿Se está formando a los futuros profesores teniendo en cuenta problemáticas como el bullying?
-Es un tema que se aborda de forma interdisciplinar. En todas las materias, de alguna forma, se toca esta cuestión, tanto los tipos de acoso escolar como las consecuencias. Es importantísimo para que los futuros profesores puedan trabajar en las escuelas en base a un protocolo de actuación.
-¿Cuáles son las claves para detectar que un estudiante sufre acoso escolar?
-Se pueden resumir en tres. Es importante saber si hay intención de hacer daño. También la repetición de las conductas agresivas, que dan esa perspectiva de poder al que ataca. Por último está la duración en el tiempo de la relación entre la persona agresora y la víctima.
-¿Están preparados los centros escolares para afrontar este problema?
-Los centros escolares cuentan con un protocolo que les indica cómo actuar para tener claro e identificar el acoso escolar. El primero paso es la comunicación, tanto en el centro como a las autoridades académicas y políticas. El segundo es la recogida de información, la elaboración de un registro que explique qué está pasando en el centro. La cuarta parte es el análisis de información y la adopción de medidas. Por último, el seguimiento de esas medidas adoptadas. Eso todo queda registrado. Todos los centros tienen la obligación de conocer este protocolo porque es necesario un plan de convivencia en el centro. Todas aquellas medidas que se adopten por parte del centro se tienen que recoger en estos protocolos que facilita la Xunta de Galicia.
-¿Cuántos casos de acoso escolar se dan en los centros?
-Lo que nosotros manejamos son los datos que nos hablan de casos de acoso escolar a nivel autonómico. Galicia ocupa el séptimo lugar en número de casos en la comparativa con otras comunidades autónomas. Aquí se da un índice de un 8,4. El acoso escolar se da más en niñas que en niños. En ellos es de un 8 por ciento, mientras que en ellas es un 10,6 por ciento. A mayores está el problema del ciberacoso, que también se recogen los protocolos de actuación porque es un tema que está muy la día.
-¿Qué lo diferencia del otro tipo de acoso?
-Es mucho más sibilino, mucho menos visto. La presencia de internet en el mundo escolar está aumentando mucho este tipo de problemas.
-¿Están preparados los adultos para abordar el ciberacoso teniendo en cuenta que no crecieron en la era internet?
-Efectivamente, eso ocurre tanto por parte de los padres como de los profesores. Debería haber también por parte de los padres un protocolo de actuación, porque a veces cuando se le regala un teléfono móvil o un ordenador con acceso a internet a un niño hay que tener en cuenta un cumplimiento de reglas basado en la confianza. Esas reglas tienen que venir dirigidas desde los padres, que deben tener en cuenta que los niños pueden caer en redes complicadas.
-¿Sobre el uso de internet?
-Claro. Internet puede ser muy beneficioso si se utiliza bien, pero si no se hace... Los padres no pueden ejercer de policías, pero deben ejercer ese control. Acordar unas reglas para su uso es fundamental. En los centros también; debe haber un cierto control del funcionamiento de internet y medidas de seguridad. En definitiva, es un tema candente que afecta a los niños y bienvenidas sean todas las medidas que supongan reconocer que ese problema está ahí y que podemos solucionarlo con medidas de prevención y protocolos de actuación.
