Las débiles lluvias de estos días contribuyeron a minimizar la incidencia de los dos últimos incendios forestales registrados en las comarcas; uno en Ponte (Silleda) y otro en Rodeiro, el pasado sábado. Y hace una semana otros dos fuegos arrasaban 6,7 hectáreas en Dozón y otras 7 en Cerdedo-Cotobade. Pese a la modificación de las condiciones climatológicas de ayer, el Índice de Risco Diario de Incendio Forestal (IRDI) seguía moderado en parte de las comarcas. Expertos consultados advierten de que un invierno seco y el mejorable mantenimiento del monte hace presagiar que la campaña estival se presenta con un riesgo elevado, al margen de la acción de los incendiarios, que con sus atentados medioambientales destrozan cada año en casos entornos paisajísticos centenarios. Si atendemos a lo que ha supuesto para Deza y Tabeirós-Montes diez años de incendios, los más de 2.500 registrados han arrasado una superficie superior a la de todo el término municipal de Silleda.
A la espera de los datos definitivos de 2016, en los diez años anteriores los balances oficiales de la Xunta indican que dentro del Distrito XVI -que corresponde a las dos comarcas- se produjeron un total de 2.542 incendios forestales que arrasaron 17.419 hectáreas; es decir, más de 174 kilómetros cuadrados de superficie. Como indicamos con anterioridad el terreno destrozado por el fuego es superior a Silleda, que sus 33 parroquias abarcan algo más de 168 kilómetros cuadrados de terreno. Otra comparativa se puede establecer con Lalín, uno de los municipios de mayor tamaño de Galicia. El terreno arrasado por los incendios forestales registrados entre los años 2005 y 2015 supondría casi la mitad de los 326 km2 del territorio de la capital dezana. De las más de 17.000 hectáreas afectadas en esa década, casi 11.000 corresponden a superficie rasa, mientras que las restantes 6.258 fueron terrenos de arbolado. Por tanto en este tiempo los bosques de las comarcas perdieron una superficie equivalente a 6.000 campos de fútbol de espacios con árboles.
2005, también en Galicia, fue uno de los años más duros que se recuerdan y en las dos comarcas se contabilizaron un total de 637 incidencias que supusieron la destrucción de 3.113 hectáreas de superficie, 526 de ellas de arbolado. Doce meses después la situación fue incluso más dramática pues pese a que bajaron los incendios a la mitad, los fuegos asolaron 10.281 hectáreas., de las que 4.700 fueron de terrenos con árboles. 2006 fue el tercer ejercicio de esa década con más incidencias y cuando más superficie ardió.
En lo que respecta a 2007 la Xunta contabiliza en su informe un total de 170 incendios con una destrucción de 203 hectáreas. Doce meses después el balance bajó hasta los 117 incendios forestales que dejaron quemadas casi 312 hectáreas de superficie en las dos comarcas.
En 2009 el registro de fuegos subió otra vez y lo hizo hasta los 202 casos (511 hectáreas), para menguar de nuevo en 2010 hasta los 152 (319 hectáreas). Y llegamos a 2011 para toparnos con el segundo año más dramático para el medioambiente de Deza y Tabeirós, donde los 426 fuegos forestales registrados afectaron a 1.479 hectáreas de terreno; 544 de superficie arbolada. Durante 2012 las tanto los sucesos como el espacio natural dañado se redujeron casi a la mitad y esta tendencia a la baja continuó en el transcurso de 2013; con 174 fuegos y unas 420 hectáreas destruidas. Si atendemos a los dos últimos ejercicios con datos cerrados hay que valorar un cambio de tendencia negativa respecto de la caída en el número de incidencias hasta entonces. Así las cosas en el transcurso de 2014 se originaron en concreto 35 incendios, que afectaron a 37,86 hectáreas de terreno (7,68 de arbolado y 30,18 de monte raso), pero en 2015 los fuegos registrados se multiplicaron por tres y supusieron la afección a 221 hectáreas de superficie. En Deza se registraron 100 fuegos, de modo que A Estrada, Cerdedo y Forcarei se repartieron los 26 restantes. Agolada fue el concello que registró mayor volumen de incendios forestales, con 35 percances, aunque Rodeiro fue el municipio con mayor superficie quemada, 109,88 hectáreas (16,09 de árboles y 93,79 rasas).
