La propuesta de presupuestos que tiene el grupo de gobierno lalinense contempla una subida de ingresos estimada en 853.000 euros. El alza se debe al proceso de regularización catastral, el aumento de las aportaciones del Estado, de la subvención del SAF, una ayuda para un parque infantil, los patrocinios del Cocido y el ICIO. Con todo y atendiendo al balance económico, la presión fiscal para 2017 se situaría en 420 euros por habitante, 25 menos que el año pasado. La clave está en la recaudación de impuestos directos y en las tasas, que en ambos casos bajarían según esta previsión. En el primer caso pasarían de los 5.252.406 euros a 5.006.458. Y en los precios públicos la diferencia negativa ronda los 300.000. El equipo de Facenda, que coordinan los ediles Teresa Varela y Francisco Vilariño, realizó una previsión conservadora en la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), una vez que el "catastrazo" generará más recursos -fueron cifrados en 300.000 euros-, pero la bajada del tipo impositivo al 0,4% supone una caída de transferencias por una cuantía semejante. Pero además este año no se cobrarán las plusvalías por compraventa de inmuebles, que, según el cuatripartito supone otra merma de 200.000 euros más. Los impuestos indirectos pasan de 116.000 a 151.000 euros al prever recaudar más del impuesto de construcciones, mientras que las tasas bajan de 3,5 a 3,2 millones.