La relación de Cabanas con Perú viene desde el año 2006, cuando estuvo allí como voluntaria con una ONG. Según recuerda, estuvo trabajando y ayudando en la zona de Cuzco, en el valle sagrado. Esa experiencia le sirvió para hacer un gran número de amigos en Perú, además de conocer a muchos niños que hoy han crecido y han formado sus propias familias. La estradenses volvió después a Perú en varias ocasiones para visitar a las personas que había dejado allí y siempre fue recibida con los brazos abiertos. De esas visitas a Perú nació una amistad con la familia de Lucía, quienes, cuando tenía dos años, le pidieron que fuese su madrina. Cabanas reconoce que no es religiosa pero aceptó con gusto el ofrecimiento. A partir de aquel momento ha ayudado a su ahijada desde España, aportando dinero por ejemplo para asegurar sus estudios. En este caso sin embargo se ha visto obligada a pedir la ayuda de terceros.