En 2012, en plena recesión económica, un grupo de vecinos de Lalín decidió poner en marcha una asociación que, en coordinación con el área de Servizos Sociais del Concello, pudiese dar cobertura a las necesidades básicas -alimento, sobre todo- de las familias con menos recursos. Bajo el nombre de O Mencer se integran ahora en torno a 40 personas, distribuidas en diferentes tipos de voluntariado. Factor es el tesorero de la entidad, desde su puesta en marcha hace ahora cinco años.
-¿Con cuántas familias comenzaron trabajando y a cuántas atienden ahora?
-Cuando activamos la asociación, nos reunimos con la entonces edil de Benestar Social, Paz Pérez, quien nos confirmó que desde el concello no se daba abasto a todas las demandas porque, entre otras cuestiones, el reparto de excedentes de la UE se realizaba tres veces al año, y quedaba demasiado tiempo entre cada tanda. Nosotros queríamos completar la labora de Servicios Sociales, y desde este departamento se nos pasó una lista en la que detectamos que había unas 30 familias que no cumplían con los requisitos estrictos del Concello, pero que necesitaban apoyo. Con el paso de los años, ahora atendemos a unas 230 familias, y eso que la cifra se redujo un poco, porque llegó a haber 250. Son, en total, en torno a 700 personas.
-¿A qué se debió ese descenso, a una mejora de la situación económica?
-Bueno, algunos usuarios encontraron trabajo, pero en otros casos se trataba de extranjeros que terminaron marchándose de Lalín.
-¿Cuál es el perfil de las familias que atienden?
-No hay un perfil concreto, puesto que atendemos desde inmigrantes de diversas nacionalidades o descendientes de gallego emigrados a Argentina o Venezuela hasta pensionistas que tienen que atender con su paga a hijos en paro, y no logran cubrir todos sus gastos.
-El número de familias usuarias ha aumentado de forma notable. ¿Y el de voluntarios?
-Bueno, estamos unas 20 personas, a las que se suman otras tantas responsables del programa de apoyo escolar. Nos gustaría también poner en marcha un Banco de Tempo, pero es complicado mientras no haya un grupo específico que se encargue.
-Su actividad se centra, pues, en el reparto semanal de alimentos. ¿De dónde proceden?
-Nuestras principales fuentes de abastecimiento son el Banco de Alimentos, que nos facilita víveres una vez al mes. También nos surtimos de supermercados y empresas de la zona, como Embutidos Lalinense, Cooperativa Hoxe o Kalekoi, por citar algunos ejemplos. Además, como indiqué, tres veces al año nos llegan excedentes de la UE, que gestiona el Fondo de Ayuda Europea para los más Desfavorecidos (FEAD). Tengo que señalar, en este sentido, que estamos pendientes de tener una reunión con Carrefour, recién instalado en Lalín, para firmar un convenio, para seguir de algún modo con el acuerdo que manteníamos con el hipermercado Eroski, que antes ocupaba el mismo espacio en el Centro Comercial Deza.
-¿Cómo consiguen financiarse?
-Tengo que decir que la aportación de los socios no es la principal fuente de financiación, porque es muy irregular, ya que suelen darse casos en que pagan la cuota y al año siguiente no lo hacen. Así que nuestra vía de ingresos económicos suele venir de lo que recaudamos en actos puntuales, como el Concerto do Cocido de la Banda de Lalín, en donde conseguimos 800 euros, o en los mercadillos solidarios. Disponemos, también, de una ayuda del Concello y de otra de la Diputación, en este caso destinada a la contratación de una educadora social. Este año también accedemos a una aportación de la aseguradora AMA.
-Menciona la importancia de eventos solidarios. ¿Podemos decir que los vecinos de Lalín se involucran en echarles una mano?
-Sin duda. Siempre obtenemos una respuesta muy buena a la hora de poner en marcha algún evento. La verdad es que en muchas ocasiones son otros colectivos los que organizan eventos para que O Mencer disponga de fondos. Fue lo que ocurrió con el concierto de la Banda de Lalín, o con actividades que promueve en nuestro favor Siareiros Dezaos. En ese sentido estamos muy satisfechos.
