El protocolo activado el pasado lunes en A Estrada para dar amparo a un onubense sin recursos, que volvía a casa después de realizar el Camino de Santiago con su silla de ruedas como único medio de transporte, puso de manifiesto la necesidad y la eficacia del programa de atención a transeúntes existente en el Concello de A Estrada en colaboración con Cáritas., con quien tiene convenio suscrito. El peregrino, que se quedó sin batería en su silla de ruedas, fue auxiliado, primero, por la Policía Local y, luego, por la citada entidad benéfica, que le costeó el transporte en taxi desde la calle en la que se había quedado parado hasta un hostal de la villa, la pernoctación en él, la cena y el desayuno.

No fue el primero ni será el último socorrido al amparo de este programa municipal de ayuda a transeúntes. Según detalla José Manuel Vázquez, el pasado año Cáritas realizó 202 prestaciones a personas que se encontraban de paso. De ellas, 62 corresponden a pernoctaciones, 60 a comidas, 40 a billetes de transporte y otras 40 a ropa. El Concello aporta 3.300 euros anuales para la financiación de este programa. La entidad caritativa tiene que justificar sus gastos para poder recibir ese dinero, que también cubre otros conceptos como la compra de medicinas o las ayudas de emergencia familiar. "Somos la primera fuerza de choque y siempre solemos agotar la ayuda", explica Vázquez, quien señala que Cáritas destinó el pasado ejercicio a ayuda social unos 20.000 euros. Esta cantidad es la que consiguen reunir de las aportaciones del Concello y de otros organismos como la Fundación Amancio Ortega. No se incluye en ella otras colaboraciones como el Banco de Alimentos.

Años atrás, era el propio Concello quien se encargaba de atender directamente a los transeúntes sin recursos, viéndose obligado incluso a realizar una lista de usuarios del servicio ante la "picaresca de gente que cada 15 días volvía" por la villa para solicitar pernoctaciones, según explica la edila de Benestar Social, Amalia Goldar. "Se desvirtuó la finalidad del programa", de ahí que éste pasase a ser gestionado a través de Cáritas, que dispone también de una mayor "flexibilidad horaria" para poder atender a quienes llegan por la noche.

"Eso no quita que el Concello ampare a una persona en momentos puntuales. Nadie deja a nadie en la calle", añade la concejala. En vista de la necesidad del programa y de su buen funcionamiento, Goldar anunció su intención de incrementar la partida económica del convenio en el presupuesto municipal de este año, aún sin aprobar.

El responsable de Cáritas A Estrada admite que hay transeúntes que "a los dos o tres meses están de vuelta", pidiendo cobijo de nuevo. Para evitar que se desvirtúe el programa, la entidad benéfica les pone como condición "que no repitan en el mismo mes". Lo habitual es que lleguen por la tarde, por lo que lo más común es que reciban la cena, el alojamiento durante esa noche y el servicio de transporte hasta su próximo destino.

Sin instalaciones propias

El colectivo echa mano de establecimientos hosteleros del casco urbano para acoger a estos usuarios, puesto que el organismo carece de instalaciones adecuadas para albergar a estas personas errantes. Una vez realizado el servicio, Cáritas abona a los negocios privados la factura correspondiente. "Lo que existe es mucha pobreza", comenta Vázquez en relación a la realidad de estos usuarios.