El II Seminario de Educación Afectivo Sexual de la segunda jornada del Cocido do Orgullo contó ayer con un numeroso y variado público en las sesiones que tuvieron lugar en la antigua aula de la UNED de Lalín. Los ponentes coincidieron en señalar que la educación afectivo-emocional y sexual es fundamental en la formación de la personalidad, influyendo positivamente en la calidad de vida de las personas. También destacaron la dificultad con la que se encuentran los profesores en este ámbito de la formación, subrayando que la administración y la escuela deben jugar un papel decisivo en este proceso de maduración del individuo.

El investigador de la Universidade de Santiago, Enrique Latorre, fue el encargado de iniciar el evento con una conferencia titulada "Indóciles. Corpos e desexos normalizados e normativizados", seguido de la presidenta de Arelas, Cristina Palacios, que habló de las familias con miembros transexuales. La matemática y activista de Galiza Entende, Paula Lois Alfonsín, trató el tema de la sexualidad lésbica, y la decana de la Facultade de Ciencias da Educación de Santiago, Carmen Fernández Morante, fue la encargada de cerrar el seminario disertando sobre cómo hacer frente al acoso escolar respetando la diferencia. Alumnos de los institutos de Lalín y público en general participaron durante las más de tres horas de simposio.