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Las redes sociales, tierra pantanosa para los confiados

La expresidenta de Consumidores e Amas de Casa de A Estrada destaca que dar datos personales hace vulnerable a quien lo hace

Marisé García, hablando de las redes sociales. // Bernabé / Cris M.V.

La expresidenta de la Asociación de Consumidores e Amas de Casa de A Estrada, Marisé García, es una mujer observadora y comprometida con el pasado, el presente y el futuro local. Su interés por el pasado le ha llevado a recopilar fotografías que documentan la historia local. También propició la recuperación de la Romería dos Pereiriños que, ahora de la mano del colegio de O Foxo, evoca el decisivo papel jugado por los emigrantes en el desarrollo educativo del rural estradense. Pero a García también le interesa saber qué pasa hoy porque es conciente de que ello marcará el futuro. Y por eso en los últimos años -y especialmente en los últimos meses- ha centrado su atención en las redes sociales. Sabe que "son un escaparate abierto al mundo" que, "bien usadas", son "una herramienta buena". Pero alerta de que "mal usadas son un peligro".

Sus primeras conclusiones las expuso en la noche del jueves al público asistente a la jornada con la que la Asociación de Consumidores e Amas de Casa de A Estrada conmemoró el Día Internacional del Consumidor. Ante un público mayoritariamente inexperto en redes sociales alertó de que parecen inofensivas pero realmente no lo son". Son "tierras pantanosas" que "dan una sensación de tranquilidad errónea". La "falsa sensación de seguridad" que transmiten, explica, se debe a que "las utilizamos en nuestra intimidad, en nuestra casa, en nuestro ordenador. Pensamos que no nos puede pasar" y eso es erróneo. "Sí que pasa", asegura. "Mucha gente desconoce que, aunque son gratuitas para los usuarios, lo cierto es que son empresas que están ahí para ganar dinero. Su negocio consiste en recaudar la mayor información posible sobre los usuarios para poder venderla luego a empresas de publicidad que, basándose en los datos que tienen sobre cada uno de nosotros, saben cómo vendernos los productos que les interesan".

Y eso no es lo peor. Todo lo que se hace en las redes sociales deja huella, destaca. "Hay personas que perdieron su trabajo porque se comprobó que estaban en Facebook en horario laboral" y, sobre todo, porque en la red acechan numerosos estafadores y timadores que se aprovechan los datos personales que las personas proporcionan inconscientemente en la red.

Por eso, Marisé García recomienda no exponerse más de lo estrictamente necesario. Subraya que a menudo se realizan en las redes sociales preguntas o llamadas que parecen inofensivas pero que no lo son en absoluto. Detrás de una aparentemente inocua propuesta de compartir que los nacidos en un determinado año son los mejores pueden agazaparse malas intenciones. También compartir el nombre de los familiares o de la mascota a los que una persona ama. Conscientes de que muchas personas utilizan las letras o los dígitos de nombres o fechas significativas para ellos, en la red hay quien captura esos datos para intentar descodificar claves. Así que, remarca García, hay que ser muy consciente de que proporcionar datos personales "nos hace vulnerables".

También alerta de los engaños que traen aparejados las cadenas que rulan por las redes sociales o por WhatsApp. "Te invitan a compartir o a decir amén apelando a la sensibilidad emocional con fotografías de niños con cáncer o diciendo no le darás a me gusta porque soy negrita.Lo mismo ocurre con imágenes de vírgenes y santos. Una vez que compartes eso, autorizas a que accedan a tus datos. Con eso los capturan y luego los venden. Es como si anduviese suelto un ladrón y le dejases la puerta abierta", asegura.

También echa por tierra bulos que circulan por las redes sociales o por WhatsApp. "Te dicen que si no autorizas a Facebook a usar tus datos no puede hacerlo, que lo copies y lo pegues en tu muro o que mandes algo para que WhatsApp no te cobre. Eso es falso. No le va a cobrar. Y desde el momento en el que creas un perfil en Facebook ya aceptas sus condiciones que es quien las pone. No las marcamos nosotros", destaca. Tampoco son reales las condiciones de privacidad, asegura. WhatsApp hace "todos los días una copia de seguridad de lo que decimos". "Puede que no nos importe que sepan que queremos muchísimo a una persona" pero hay información sensible de la que no se debe dejar huella.

Agrega que los estafadores románticos que -como ya informó FARO hace varias semanas- acechan en la red a mujeres de la comarca, también han lanzado anzuelos a hombres de A Estrada y Forcarei. Perfiles falsos de mujeres con imágenes que puede que hayan sido obtenidas ilícitamente de los perfiles auténticos de sus dueñas están siendo usadas por "organizaciones mafiosas" para intentar aprovechar la soledad y las ilusiones de muchos varones para intentar entablar una relación sentimental engañosa que terminará pidiéndoles dinero y, si se tercia, con una estafa.

A las mujeres les puede ocurrir lo mismo. Pero en este caso los falsos perfiles cuyos patrones se repiten suelen ser de hombres viudos (cuya mujer falleció de cáncer o de accidente), separados (por la infidelidad de su esposa) o solteros que tratan de despertar compasión. Suelen decir también que tienen hijos a cargo en edad adolescente.Las mujeres maduras son su objetivo predilecto. Cuando se ganen su confianza les pedirán dinero para salir de apuros económicos o pagar falsas operaciones sanitarias.

No es dinero lo único que podemos perder. "Perdemos el control de las fotos que subimos", subraya Marisé García". Por eso, recomienda ponerles al menos una marca de agua. Es una de las medidas de protección que conviene adoptar, subraya, en el universo de las redes sociales en el que a menudo las cosas no son lo que parecen.

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