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Los deberes del rural en femenino

Asociaciones de mujeres y técnicas de desarrollo demandan en Lalín más acceso a la información, un reparto equitativo de las ayudas para proyectos y mejora de los servicios

Ana Eiras ofreció una conferencia ante una veintena de asistentes. // Bernabé/Javier Lalín

Hay mucho escrito sobre qué camino seguir para lograr la igualdad de género y de oportunidades para las que mujeres que viven en y del rural. Pero, a la hora de la verdad, la administración aún se encuentra muy al principio de ese camino. Ana Eiras, representante de la Asociación Labregas, ofreció ayer en Lalín, en una jornada organizada por el Sindicato Labrego Galego y la Red Rural Nacional, un interesante repaso de todas las tareas pendientes para que el empoderamiento femenino en la aldea sea una realidad.

El gobierno estatal dispone de un Plan para la Promoción de la Mujer Rural 2015-2018, en el que se recogen 83 medidas "pero falta voluntad para ponerlo en práctica", ya que las mujeres del rural necesitan "más información" sobre las ayudas a que tienen derecho, dentro del Plan Leader, para montar su negocio o diversificarlo, así como más transporte público o un fomento mayor del asociacionismo, por no hablar de las mejoras en asistencia médica. Todo ello ayudaría a frenar la despoblación en el rural por falta de servicios. Ahora mismo, esa despoblación, "junto al envejecimiento, la masculinización, el desempleo y la falta de oportunidades sociales" son los principales problemas de las aldeas, recalca Eiras. Por si fuera poco, todavía perviven dos estereotipos acerca del rural: o bien la imagen bucólica o bien la denigrante, por eso "resulta difícil convencer a alguien de que vives en el rural porque quieres y, como cada vez tiene menos gente, importa cada vez menos a nivel electoral".

Pero es obvio que el rural sigue siendo necesario para abastecer a la sociedad. Por eso, desde la UE se perfiló una política de agricultura y pesca que peca de "hablar de mano de obra, suministros y mercados", pero no de las personas. Al mismo tiempo, en 2010 se puso en marcha la estrategia Europa 2020, para fomentar el crecimiento y el empleo. En el ámbito rural, esta política apuesta por la sostenibilidad, la base territorial o la riqueza forestal, cuestiones que se llevan practicando en tierras gallegas desde hace décadas, señala Ana Eiras. Así que, entre que se apuesta por una tecnificación del rural (lógico, porque es necesario para mejorar en calidad de vida) y que las mujeres ya tienen cultura emprendedora, pero necesitan un apoyo, desde Asociación Labregas se pide que el Plan Leader 2014-2020 "se convierta en una palanca, en un medio, pero no en el fin" único de obtener una ayuda. Se trata de que este programa europeo ayude a dinamizar el rural y tenga en cuenta el papel que en él desempeñan las mujeres. En la comarca dezana, dentro de ese Plan Leader ya se materializaron en el anterior periodo algunos proyectos promovidos por mujeres, como una nave de biomasa en Maquideza, el centro de masajes Ternatur (en Silleda) o el obrador de pastelería Dulces Encantados, que hasta hoy creó siete puestos de trabajo, así como el restaurante del Museo Etnográfico Casa do Patrón, en Lalín, según indicó la gerente del GDR Terras de Pontevedra Norte, Paula Suanzes.

Otro de los deberes pendientes para con la mujer del rural es solucionar la brecha de género en relación a las nuevas tecnologías y acceder a puestos de mando. Sirva de ejemplo el hecho de que en la estructura de Agader, solo aparecen dos mujeres en un listado de 20 nombres.

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