En el día de ayer si nos situásemos en cualquier punto de Lalín no hacía falta agudizar mucho el oído para escuchar los rugidos de los coches que este fin de semana se han dejado oír y ver por toda la comarca. El Rali do Cocido no solo hace que nuestro Kilómetro 0 aumente distancia sino que también multiplica los beneficios de muchos sectores. Nada mas entrar al hipermercado del centro comercial Pontiñas ya podemos ver los bocadillos preparados para abastecer a nuestros visitantes. Comida, bebida... El hipermercado es una parada asegurada. También lo fueron las gasolineras y muchos restaurantes y cafeterías del centro, que por momentos se vieron con un gran aforo.
Cierto es, que las opiniones divergieron en el día de ayer, muchos mostraron su satisfacción después de la gran cantidad de afluencia recogida mientras que otros cuestionaban si los visitantes que se acercaron ayer alcanzaban los de años anteriores donde la asistencia había sido todo un éxito, en gran parte culpa de la climatología. La actividad en el núcleo urbano de la localidad comenzó muy temprano, con los rugidos de los primeros coches que se dirigían al primer tramo, con ellos, los más madrugadores que no quería perder ni el principio de una de las más famosas pruebas del campeonato autonómico.
Por momentos la localidad se abarrotaba de gente, y sobre todo de coches, que no perdían la ocasión de repostar en las gasolineras del casco urbano, no obstante, en los momentos en los que algún tramo estaba en ejecución, se sabía que el Rali do Cocido se estaba celebrando gracias al rugir lejano de los coches. Mientras que negocios como el Hotel Pontiñas, que ofreció más de 200 comidas en el día de ayer, y un gran número de cenas el viernes, o el Restaurante Mordisco, patrocinador del evento, que ofreció incluso más banquetes, se mostraban más que satisfechos, por su parte desde las gasolineras no estaban tan convencidos de que la afluencia hubiese sido abundante.
De todas maneras, como en todas las ediciones, el Rali do Cocido dejó su pegada también en la localidad en términos económicos. El tiempo fue uno de los problemas principales que se encontró el evento, pues las lluvias del viernes no auguraban un fin de semana soleado, más bien todo lo contrario, pero, contra todo pronóstico, la jornada de ayer terminó si que las precipitaciones molestaron a los asistentes en los diferentes tramos. Tanto es así, que los que no apostaron por ir a un restaurante o a un bar para tomar un tentempié, prefirieron comprar bocadillos y aprovechar cualquier espacio para realizar un descanso rápido y comer algo no muy laborioso. Incluso algunos pilotos no perdieron la oportunidad para tomar algo en la calle Rosalía de Castro mientras esperaban por el siguiente tramo.
Tras el fin de la prueba, solo queda esperar si para el próximo año el Rali do Cocido se celebrará como una prueba que forma parte del campeonato de España, algo que sin duda sí que se notaría en el desarrollo de la economía y de la actividad durante su celebración. Por otra parte, el Cocido va terminando ya el programa que compone durante todos estos meses, la próxima cita señalada también en el calendario por los lalinenses en el Cocido do Orgullo que se celebrará en tres semanas y que traerá también nuevos visitantes al municipio.
