La década de los años 90 del siglo pasado fue clave en la evolución del turismo rural en las comarcas. De la mano de planes comunitarios o con la Semana Verde como escaparate para el impulso de esta oportunidad de negocio, Deza y Tabeirós no fueron ajenas a este fenómeno que pretendía dar al turista un formato de alojamiento distinto y próximo a los enclaves turísticos de paisaje y naturaleza propios de estas comarcas. Actualmente funcionan 52 casas rurales con una disponibilidad de 834 camas. Existe un gran contraste en la oferta de las dos cabeceras comarcales, pues mientras que en Lalín solo hay 3 y 37 plazas, por el término municipal estradense están distribuidas 21 casas rurales con capacidad para 392 personas. En Silleda hay disponibles 8, con 128 camas, las mismas que en Vila de Cruces, aunque su número de plazas se queda en 108. En Rodeiro existen dos alojamientos de este tipo y otros tantos en Agolada. Su número de camas es de 25 y 31 respectivamente. En Forcarei son 7, que disponen de 91 camas y 22 plazas tienen las dos casas rurales de Cerdedo.

En la zona hay siete albergues turísticos, de los que cinco corresponden a Silleda, con 126 plazas. El de Lalín tiene 30 y 28 el operativo en A Estrada.