Numerosos son los trabajos escritos y audiovisuales que recogen la relevancia que llegaron a tener las minas gallegas de tungsteno en la década de 1940, durante los convulsos años de la II Guerra Mundial. El wolframio que se extraía de Fontao (Vila de Cruces), de San Finx (Lousame) o de Casaio (O Barco de Valdeorras) llegó a adquirir un precio diez veces superior debido al interés del bando aliado en evitar que este material llegase a manos del ejército alemán para blindar su armamento.
Fue, de algún modo, otra batalla paralela, que no aparece tan documentada como la contienda bélica. De ahí que la productora de Agallas Films, Paula Cons, decidiera investigar sobre el papel de las minas gallegas en la lucha por el wolframio, con un trabajo que se titula La batalla desconocida y que se estrenará en torno a noviembre. Cons había sido la guionista y productora ejecutiva de Lobos sucios, que se proyectó el año pasado y cuya trama se centra en la citada mina valdeorresa, a través de la perspectiva de dos mujeres. "Me había quedado mucho por contar en Lobos sucios",sobre todo esa especie de Lejano Oeste en que se habían convertido las minas, sus responsables y trabajadores, que vendían su material al mejor postor para enriquecerse de una forma muy rápida. El documental aborda las figuras de Churchill, Roosevelt, Hitler y Franco, echando mano en muchas ocasiones de material desclasificado que, en buena parte, se encuentra fuera del país.
Por lo que respeta a Fontao, para este documental, Cons pudo hablar con José Parcero, que en su día fue pinche y también estraperlista. "Este personaje refleja muy bien el boom que provocó el wolframio en la aldea, pero también lo cercanas que por entonces estaban la vida y la muerte, con incursiones nocturnas en las minas y el riesgo de quedar atrapados durante dos días, el tener que cruzar el río hasta 28 veces o las palizas", explica la directora.
Cons tiene claro que Fontao, en la II Guerra Mundial, "fue una mina tremendísima, que llegó a frenar premeditadamente su producción para no abastecer a los alemanes". Ello se deduce de documentos sobre producción que todavía se conservan. Fontao fue, además, un campo de trabajo en el que muchos presos se casaron con vecinas de la zona; al tratarse de presos políticos, "trajeron cultura, enseñaron a leer a mucha gente".
Cons pudo tomar imágenes de una mina, así como del lavadero y del taller. Apoya la idea de recuperar todo ese material, pero es consciente de la tremenda inversión que supone. Su resultado audiovisual podrá verse en TVG y TVE, aunque también hay una versión inglesa y se prevén pases en festivales de cine, como la Seminci, de Valladolid.
