La corporación del Concello de Agolada celebró ayer una sesión plenaria en la casa consistorial, en la cual el alcalde agoladense, Ramiro Varela, se desdijo en cuanto al coste de la construcción de la rampa que falta en el escenario del nuevo auditorio Manuel Costa Casares. El regidor, en respuesta a una pregunta del edil no adscrito Jesús Sánchez, aseguró que el coste de dicha rampa era de 30.000 euros, y no de entre 6.000 y 4.000 euros como manifestó hace un mes. Asimismo, el primer edil no concretó cuales eran los servicios que perdía la vecinanza en caso de construirla, como quiso saber Sánchez.

Tras aprobar, con el voto en contra de los concejales del grupo de no adscritos, la operación de crédito a corto plazo para el pago de las obras del auditorio, con el fin de adelantar el dinero que va a ser aportado por la Diputación, la oposición tomó el protagonismo en el turno de preguntas, con las que tocó todas las áreas municipales, incluso alguna que no era competencia de la administración local.

Entre las más destacables, Sánchez, ejerciendo como voz del grupo, preguntó al ejecutivo el motivo por el cual se licitaban obras sin la realización del informe de secretaría e intervención pertinente, eso sí, después del informe técnico. Ante esto, el teniente de alcalde, Héctor Martínez, justificó que esto era trabajo del secretario, y aseguró que desconoce el motivo por el cual el funcionario no lo realizaba. Martínez explicó que él tampoco conocía la necesidad de este informe por eso en las juntas de gobierno licitaban las obras, aunque siempre con la presencia del secretario.

Los no adscritos también se preocuparon por el estado de los parques infantiles. El grupo quiso saber si estos eran revisados según la normativa vigente. A lo que Varela contestó: "cada vez que se hace una remodelación de los elementos que los componen, los operarios municipales revisan que esté todo en condiciones para su uso". Algo que el Sánchez tachó de "irresponsabilidad" que no se haga según la normativa.

Entre las sucesivas preguntas también quisieron conocer el estado de la biblioteca municipal, todavía cerrada al no tener usuarios, que medidas está llevando a cabo el gobierno para fomentar el turismo o la natalidad, así como la integración de las familias de inmigrantes. Además de querer saber que medidas desarrolla la administración local para desarrollar medidas para apoyar al sector lácteo, entre otras cosas. Fue un examen que puso a prueba la gestión del concello.