Levantado en el siglo XVI, aunque no se descarta la posible existencia de uno anterior de época romana, el puente medieval de Pontevea acogió reconstrucciones importantes en el siglo XVIII. Según especifica el informe de la Xunta, hoy en día la conservación de su estructura es "buena y no presenta alteraciones" visibles, a pesar del impacto de las transformaciones urbanísticas recientes.

La documentación histórica sobre este enclave revela la confluencia en este lugar de caminos asociados a rutas comerciales y de peregrinaje. El puente fue también escenario de la Guerra de la Independencia, de las luchas contra las tropas napoleónicas sucedidadas a partir de 1809. A consecuencia de ellas, uno de sus arcos sufrió un importante derrumbe, lo que requirió una reposición en 1822. Veintitrés años después, el Concello de A Estrada encargó una nueva rehabilitación y en la segunda mitad del siglo XX, una ampliación, ante los continuos accidentes de tráfico. Finalmente, en 1980 se construyó el nuevo puente, hoy en servicio.