El investigador y escritor cerdedense Calros Solla evocó el pasado agrarista de Cerdedo en la presentación de Así aprenderán a non ter ideas. Agrarismo, caciquismo e República en Cerdedo, que acaba de presentar en el Salón García de Vilagarcía de Arousa acompañado por los periodistas Montse Fajardo y el cerdedense Fernando Salgado.

El acto atrajo a numeroso público, ante el que Solla expuso datos sobre el alcalde republicano Antonio Sueiro Cadavide y el primer tercio del siglo XX en Cerdedo que ya publicó en FARO a través de sus colaboraciones periódicas en la edición dominical de Deza-Tabeirós-Montes. Así, recordó que en 1902 se fundó la Sociedad de Agricultores de Cerdedo. Entonces, Sueiro era aun muy joven pero pronto se convirtió en directivo y, junto con otros activistas, consiguió "llevar a un labrador, a Xosé Fentanes Barros, a la Alcaldía de Cerdedo". Este era "un pueblo unido, solidario, asociado contra su desventura" que confiaba "en cambiar las cosas" tras "años de riestrismo, caciquismo e impunidad", remarcó Solla. Llegó así el "trienio agrarista" al municipio. Sueiro emigró a EEUU. Estuvo en California durante diez años. Aprendió a hablar y escribir en inglés. Vuelve transformado y, a su regreso a Cerdedo, se encontró con un municipio "completamente atrasado y bajo la bota del caciquismo", según Solla. Se embarcó entonces con Luciano García Ventín, pancho Varela Garrido, Manuel Gamallo Bugallo, Xosé Torres Paz y los hermanos Bugallo Valiñas en la lucha por la Alcaldía en las municipales. Ganan y emprenden "Un período incesante de cambios y de gestión adelantada, moderna y centrada fundamentalmente en la educación, aunque sin olvidar la obra pública. De hecho, de esta etapa es el puente de Arén. También se centró en sanear la economía del Concello. Luchó también por la aconfesionalidad" del Estado y eso "le trajo problemas". Fue "acusado falsamente de participar en una conspiración" y de "falsedad en documento público". Aunque ambas se demostraron falsas, le salieron caras económicamente (su libertad le costó 4.000 pesetas de entonces) y le inhabilitaron, apartándole de la Alcaldía. Fue curiosamente esto lo que le salvó la vida en 1936. Entonces, Luciano fue encarcelado y padeció persecución. Torres Paz, Varela y los Bugallo Valiñas fueron "víctimas de una masacre".

"Lo que más me duele", dijo Solla, "es que buena parte de los cerdedenses no sepan quien fue su alcalde republicano". Por eso escribió su libro -que ya presentó en A Estrada, Pontevedra y Vilagarcía- y, por eso, los fondos que recaude con su venta los destinará a seguir adelante con el proyecto Campo de Laudas, patrocinando su segundo monolito en recuerdo de Antonio Sueiro Cadavide.