Alumnos de segundo curso de la ESO del IES Laxeiro de Lalín recibieron en la tarde de ayer la visita del escritor vigués Fran Alonso para hablar de su emblemática obra de poesía infantil titulada Cidades. El evento organizado por el Departamento de Lingua Galega y la biblioteca del centro escolar tuvo lugar en el salón de actos entre las 16.00 y las 17.30 horas.
-¿Se esperaba el fenómeno editorial de un libro como Cidades, y que se hubiera convertido en un referente de la poesía infantil?
-La verdad es que uno cuando publica nunca sabe muy bien donde van a acabar los libros; publica para que tengan la mejor suerte posible pero no sabe a donde van a llegar. En este sentido, me siento muy afortunado con el recorrido que tuvo un libro como Cidades casi 20 años después.
-¿Resulta más difícil vender poesía infantil por el mercado específico al que va dirigida o no?
-Yo creo que es más complicado vender poesía para adultos porque los niños tienen menos prejuicios a la hora de leer un género que cuando son adultos les resulta más complicado. Además, los niños tienen la poesía más presente porque nace con ellos en sus primeros días con las canciones o las nanas. La poesía también les acompaña en los primeros juegos, aunque ellos no sean conscientes de ello. Por lo tanto, reconocen con facilidad la poesía y carecen de esos prejuicios que tenemos los adultos cuando nos alejamos de ese lenguaje con el paso del tiempo.
-Lo difícil es fidelizar ese público cuando crecen, claro.
-Claro. Lo complicado es conseguir que esa ligazón continúe porque curiosamente la adolescencia es otro buen momento para la poesía, aunque muchas veces esos jóvenes no lo reconozcan a pesar de identificar mucha poesía porque retransmite formas de pensar, de sentir o de querer que ellos tienen muy arraigadas cuando están descubriendo el mundo. A medida de que nos convertimos en adultos nos vamos desligando de eso.
-¿Es cierto que un lector infantil es más fiel que uno adulto?
-En poesía, posiblemente. Los lectores de poesía adultos también son muy fieles, el lector infantil es más habitual. Digamos que hay una tipología de lector infantil mucho más amplia para leer poesía que después cuando somos adultos, cuando se reduce mucho el perfil y la tipología del lector.
-¿En qué está trabajando en la actualidad? ¿más poesía?
-En estos momentos, lo que estoy haciendo más llamativo es un libro de poemas en Twitter, que me está llevando mucho tiempo. Diariamente escribo un poema de 140 caracteres, que es un proceso de exploración de las nuevas tecnologías a través del lenguaje poético. Parece fácil porque es corto, pero la verdad es que me obliga a pensar todos los días lo que quiero hacer. Además, no te permite esa distancia que tienes habitualmente con la poesía, que la dejas reposar un tiempo y cuando la relees te lo planteas todo de nuevo. Pero también es muy agradecido porque tengo la respuesta inmediata del público y el hecho tan significativo de las redes sociales que es compartir todo lo que haces.
-¿Hay arte y cultura en las actuales redes sociales digitales?
-Yo creo que sí. Hice una exploración a través del primer libro de literatura electrónica que se hizo en Galicia y después pensé que tenía que continuar explorando. El formato de Twitter me parecía un formato muy atractivo, como así está siendo hasta ahora. La verdad es que de relatos ya hay varias experiencias, pero de poesía menos. La que también hace pequeños poemas en Twitter es Helena Villar Janeiro, pero pienso que cada vez habrá más ejemplos en la red. Twitter es terriblemente contemporáneo porque refleja la inmediatez, la realidad y la rapidez del tiempo que vivimos, de un tiempo hiperacelerado. Todo lo que sea explorar nuevas fórmulas siempre es algo positivo para la literatura.
