Uno de los aspectos del suceso que más sorprendió a los vecinos y conocidos de la familia López Iglesias fue la presencia de un arma de fuego en el domicilio. Fueron muchos los que llamaron la atención sobre el hecho de que Manuel López Carbón ni era ni fue nunca aficionado a la caza y destacaron que ni siquiera tenía perros para practicarla. Por este motivo, muchos vecinos alertaron sobre los interrogantes que generaba la presencia y los motivos que podía haber para que se guardase un arma en la vivienda. Había sin embargo voces entre los vecinos que recordaban que María José Iglesias y Amelia Otero pasaban buena parte del año solas en la vivienda, por lo que la escopeta podría haberse utilizado como medida de protección y seguridad ante un posible asalto a la vivienda.

Fuentes de la investigación apuntaron que la escopeta utilizada para efectuar los disparos que acabaron con la vida de Manuel López y Amelia López fue uno de los elementos analizados en la investigación, aunque confirmaron que tenía los permisos en regla.