Más barato que el agua. El litro de leche en origen se pagó a los ganaderos gallegos durante el año pasado a una media de 28,2 céntimos, mientras que el promedio español se coloca justo en los 30. En ambos casos, se trata del precio más bajo de los últimos años, muy lejos de los 35,1 céntimos que se alcanzaron, de media, durante 2014 en Galicia. En ese año, la media nacional marcó 36,2 céntimos.

El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) difundió ayer los datos de entregas por comunidades referidos al mes de diciembre, con lo que ya se puede hacer un balance de un año que, por no variar, no hizo otra cosa que alargar la agonía en la que está sumergido el sector. En el caso gallego, en ninguno de los doce meses se rebasó la frontera de los 30 céntimos por litro (los costes de producción se calculan en torno a los 34). Es cierto que 2016 cierra con unos precios mejores de los que tenía al arrancar: si en enero del año pasado la media gallega era de 28,8 céntimos, en diciembre logra arañar justo un céntimo más y se queda en los 29,9. Pero a lo largo del ejercicio hubo descensos de cotizaciones hasta julio, de modo que las granjas gallegas recortaron el recibo hasta los 26,7 céntimos de media, es decir, que las explotaciones más pequeñas cobraron incluso mucho menos que esta cifra. Desde el citado mes de julio, el precio se recupera muy poco a poco, pero de forma progresiva. Es una tónica que se produce en el resto de autonomías y, por tanto, en el precio global estatal: si enero marcaba 30,8 céntimos, diciembre se cerró con un promedio de 31,3.

El descenso de los precios durante la primera mitad del año viene dado por el aumento de producción (y, por tanto, de oferta) típica de la primavera. Pero las ayudas autonómicas de diversas comunidades al recorte de producción y la decisión de los propios granjeros de reducir el volumen de leche mediante la reducción de cabezas (y, por tanto, de gasto) explica que 2016 termine en Galicia con 171.679 toneladas de leche declaradas en diciembre, casi 6.000 por debajo de las 177.402 que se habían declarado en enero. Eso sí, en mayo se alcanzó un pico de 185.018. Por mucho que reduzca su producción, la comunidad gallega seguirá siendo líder estatal, ya que supone el 30% del global nacional, cifrado en 568.433 toneladas. En toda España, la generación de leche mermó en 20.000 toneladas.

La crisis de precios que se cierne sobre el sector desde hace años explica que en los últimos 12 meses continúe el goteo de cierre de explotaciones: si en enero de 2016 había en Galicia 9.078 explotaciones, al cierre del ejercicio se contaban 8.517, es decir, 561 menos.