Los ayuntamientos tienen en los denominados Bienes Inmuebles de Característica Especial (BICES) una fuente de ingresos mediante este impuesto que se repercute en las actividades de las centrales hidroeléctricas, parques eólicos, minicentrales, autopistas, puertos, aeropuertos, o canalizaciones energéticas. En las comarcas este tributo deja al año en las arcas municipales de los nueve concellos casi 1,4 millones, pero Lalín es, con 460.500, el que más recauda por este concepto. Esta cifra supone que a nivel provincial solamente Vigo obtenga más recursos económicos al año por los BICES, mientras que a nivel autonómico la capital dezana se coloca en séptima posición.
Una de las claves para incrementar los ingresos de los BICES en los municipios españoles fue cuando a mediados de 2007 el Tribunal Supremo daba la razón a un recurso de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) y obligaba a los parques eólicos a tributar con un tipo impositivo mínimo del 1,3% frente al ordinario hasta la fecha del 0,4. El fallo del Alto Tribunal llegó en la etapa del exmandatario lalinense José Crespo al frente de la agrupación de municipios gallegos. Aquella decisión garantizó más dinero a todos los concellos españoles, entre ellos los de las comarcas, donde se asientan numerosos complejos empresariales que generan energía mediante instalaciones eólicas en sus montes. Así quedó establecido en la nueva ley de Catastro y las administraciones locales quedaron facultadas para aplicar esta modificación tributaria en sus ordenanzas fiscales. En el caso de Deza y Tabeirós-Montes son precisamente parques eólicos, minicentrales, embalses o la autopista los que aportan recursos económicos a los concellos por el pago de los BICES.
En primer lugar, en las comarcas Lalín es de largo la administración local que más dinero recibe al año -según los datos de Catastro y de las propias liquidaciones presupuestarias de 2015- de este tributo en la zona. Sus cinco entidades singularizadas le aportan 460.578 euros. Por detrás aparece Silleda, con unos ingresos de 249.001 euros. Los 134.822 euros de Rodeiro lo colocan como la tercera administración local de las comarcas que más recauda. Este tributo representa algo más del 6% de sus cuentas municipales. El cuarto municipio que más dinero obtiene de estos bienes de característica especial es Forcarei, que suma 129.150 euros. En este caso el montante es mucho más representativo en sus presupuestos, una vez que, por ejemplo, mientras que la cuenta anual de Lalín se situó en unos 13,3 millones, el de la administración forcaricense rebasó entonces por poco los 2,2. De ahí cobra importancia la tributación de estos bienes.
A Estrada y Vila de Cruces muestran un nivel de transferencias por los BICES semejante. Así, el concello cruceño percibió 118.000 euros y el estradense, 111.413. Los dos territorios de las comarcas menos poblados son también los que menos recursos económicos perciben por este impuesto. En Cerdedo alcanzan los 32.700 euros y en Dozón las transferencias anuales suben hasta los 48.200.
Si retomamos el balance provincial hay que indicar que en Vigo los BICES aportan 2,3 millones. Y el siguiente, al margen de los concellos de las comarcas, que más recauda es Redondela, aunque con solo 290.000 euros. Localidades de costa con puertos como Vilagarcía o Marín, sus ingresos no rebasan en ningún caso los 200.000 euros anuales. Mientras que en la capital provincial, según el último balance de la Dirección General de Catastro, la renta obtenida por este tributo ascendió a 314.000 euros.
A nivel autonómico As Pontes de García Rodríguez (A Coruña) es el ayuntamiento que más ingresa por los BICES, con 4,6 millones al año, debido a la actividad empresarial de las centrales térmicas instaladas en su territorio. Vigo es el segundo (2,37 millones) y A Coruña, con 2,28; el tercero. A continuación aparece Arteixo (1,8). Ya por debajo de este montante están Cerceda y Santiago de Compostela, con transferencias de 931.000 y 881.000 euros respectivamente.
