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Paulino González: "Tenemos que centrarnos en hacer más comida y de calidad"

Paulino González: "Tenemos que centrarnos en hacer más comida y de calidad"

Fue presidente de la cooperativa Indega, ahora integrada en ICOS, y se encarga desde hace años de la explotación ganadera que heredó de sus padres en la parroquia silledense de Escuadro. Paulino González dispone en su granja de unas 90 cabezas, una cifra que por el momento no piensa reducir pese a los vaivenes de precios que tiene la leche desde 2012. En ese año, a nivel gallego este alimento se pagó en origen a 30,10 céntimos el litro, para subir en los dos ejercicios siguientes a los 34,88 y 35,1. El desplome fue tremendo después: 28,8 céntimos en 2015 y 28,2 en el año que acabamos de terminar.

Desde hace unos meses, González vende su producción a Larsa, que parte de un precio de 28 céntimos por litro, para el 70% de la producción, mientras que el 30% restante se destina a leche en polvo que, curiosamente, se paga más cara. Recuerda que el precio más bajo que llegó a cobrar "fueron 24,7 céntimos, con IVA incluido". Calcula que ahora el precio final está en unos 32, "pero el coste de producción ronda los 34", así que no queda otra opción que intentan reajustar los costes de producción.

"En nuestra granja no hacemos pastoreo y solo compramos paja, así que lo que intentamos es centrarnos en producir más comida y de mejor calidad", ya que los compradores también pagan por cuestiones como la proteína o la grasa que tenga la leche. La ganadería de González se alimenta, sobre todo, de silo de maíz y de hierba, gracias a que en la zona de Escuadro las tierras son muy ricas a la hora de producir estos cultivos, algo que no ocurre, por ejemplo, en determinadas áreas de Lalín. De ahí que se introduzcan nuevas alternativas, como el girasol, que ofrece proteínas a cambio de necesitar menos lluvia que el maíz para su cultivo.

Otra de las alternativas para las granjas lecheras es la diversificación de actividad, mediante la reconversión en ganadería ecológica o la introducción de otro tipo de ganado, como el porcino. "Considero que la ganadería ecológica no da resultado si no tienes una gran extensión de tierras", argumenta. Tampoco puede, por el momento, contratar a personas que echen una mano en la granja, ni realizar inversiones de calado en la explotación, debido a los precios que cobra. "En los años 90 mis padres cobraban en torno a 60 pesetas el litro. Por entonces podías vivir de esto e incluso pagarte el establo", añade.

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