El próximo 11 de marzo se inaugurará el auditorio de Agolada, bautizado con el nombre del exalcalde Manuel Costa Casares, fallecido hace casi tres años. La empresa Obras y Servicios Gómez Crespo SL se encarga durante estas semanas de los últimos detalles, como la colocación de las butacas o la puesta a punto de los servicios. Con la apertura de este edificio de usos múltiples termina una larga espera de 10 años -las obras arrancaron en 2007-, en la que no faltaron las interrupciones de la obra por falta de financiación y los sucesivos retrasos en la apertura del recinto debido a trámites administrativos.

Pero resulta que el auditorio de Agolada ya nace con un defecto: el escenario carece de acceso para personas que se desplazan en silla de ruedas. Todo el edificio cumple con las normas de accesibilidad, según indica el redactor del proyecto, Carlos Rosón, pero él mismo admite que el tablado del edificio no cuenta con una rampa que permita el desplazamiento de músicos o cualquier otro artista que tenga diversidad funcional. Rosón aclara que este fallo es fácil de subsanar y que en un futuro "sí puede arreglarse, sin ningún problema".

La falta de acceso para personas con diversidad funcional desató cierta polémica en las redes sociales entre los vecinos de Agolada y conocedores de esta obra faraónica. A decir verdad, el auditorio ya desató polémicas prácticamente desde su inicio. Siendo presidente de la Asociación de Amigos da Banda de Agolada, allá por 2009, Ángel Utrera daba a conocer que el proyecto inicial de un edificio con cristalera que permitiese entrar la mayor luz natural posible se había cambiado por una nave en la que predomina el hormigón, siguiendo los cánones de la arquitectura actual. Será la propia banda, con Nilo García Armas en su último concierto como director de la misma, quien inaugure el auditorio. En realidad, en él ya hubo un estreno anterior: fue en agosto de 2014, con un concierto de Odaiko durante el curso de percusión.