El concejal no adscrito de Lalín, Juan José Cruz, cuestionó su expulsión en el pleno del 6 de octubre del año pasado e incluso puso en tela de juicio que la decisión del alcalde, Rafael Cuiña, la tomase al margen de lo que determina la legislación. Un informe de departamento de Secretaría acaba concluye ahora que la decisión del presidente del pleno se ajustó a lo que establece la normativa. El funcionario Jorge García, como secretario accidental, concluye que no encuentra ningún tipo de ilegalidad en la decisión del mandatario.

El funcionario alude a la legislación aplicable del Regulamento de Organización, Funcionamento e Réxime Xurídico das Entidades Locais en el que se cita que el alcalde o presidente podrá llamar al orden a cualquier miembro de la corporación que profiera palabras o vierta conceptos ofensivos al decoro de la corporación o de sus miembros, instituciones públicas "o cualquier otra persona de la entidad". Que produzca interrupciones o, de cualquier otra forma, altere el orden de las sesiones o que pretenda hacer uso de la palabra sin que se le haya concedido o una vez que se le haya retirado. Tras tres llamadas al orden en la misma sesión "con advertencia en la segunda de las consecuencias de una tercera llamada, el presidente podrá ordenarle que abandone el local del pleno, adoptando las medidas que considere oportunas para hacer efectiva la expulsión".

El secretario expone que en pleno del 6 de octubre del año pasado el alcalde llamó al orden a Cruz por primera vez y le pidió que se centrase en el debate, indicándole que en el turno de ruegos y preguntas podría abordar otros temas con total libertad. Tras una interrupción del portavoz del PP, José Crespo, el alcalde le retiró la palabra a Cruz "y le preguntó si quería que lo llamase al orden por segunda vez". Entonces el no adscrito le replicó que sería la primera vez que era llamado al orden. Tras recalcar Cuiña que ya había sido amonestado una vez, le explica que esta ya era la segunda llamada al orden, al margen de indicarle que podría acceder a la documentación que solicitase en cuando así lo requiriese. Tras una réplica y contrarréplicas, "Cruz interrumpió al alcalde y éste lo mandó callar. El no adscrito le dijo que no se enfadase y que igual estaba en esa posición porque se cabreó muchas veces". En ese instante Cuiña lo llamó al orden por segunda vez y pidió al secretario que informase a Cruz de las consecuencias de una tercera amonestación. Entonces el edil tomó la palabra para defender una moción diciendo "que se iba a dirigir al amigo de Pablo Crespo y también mano derecha de tu padre". "Antes tales palabras el alcalde lo expulsó directamente y pidió que constase en acta" que Cruz ya había sido advertido dos veces durante la sesión.