El interior de Galicia muestra unas características demográficas propias, con una población envejecida y la tendencia a que los habitantes se concentren en las áreas urbanas, quedando en casos su extensísimo territorio condenado a quedar en parte despoblado. Así se constata en el balance sobre el padrón continuo referido a 1 de enero del año pasado difundido días atrás: el 73% de las parroquias de Deza y Tabeirós-Montes pierde vecinos el último año y la zona mantiene 39 aldeas abandonadas. Si a esta regresión poblacional sumamos el envejecimiento de la población, un saldo demográfico negativo y un bajo índice de nacimientos, el resultado es, aunque ya previsible, no por ello menos preocupante.
En el conjunto de la provincia el promedio de vecinos con 65 años o más está en el 21,4% de los 944.346 habitantes, pero esta proporción se dispara en muchos concellos de las comarcas y todos la superan. Tres de cada diez vecinos de la zona están en edad de jubilación y equivalen casi a todo el censo de Lalín, pues son 19.451 de los 66.764 totales. Si nos detenemos a ver qué ocurre en los nueve territorios de Deza y Tabeirós-Montes en relación al resto de las localidades pontevedresas hay que destacar que cuatro de los cinco concellos con la población más envejecida son de las comarcas y el primero de ellos es Cerdedo y el segundo, Forcarei. Los dos ayuntamientos de Terra de Montes tienen la población mayor de la provincia pues en el primer caso representan hasta el 44,4% del total de su censo y, en el segundo, son el 41,6. En la localidad cercedense 790 de sus 1.781 habitantes está en edad de jubilación pues alcanzan o incluso rebasan los 65 años de edad. En Forcarei son 1.506 de sus 3.621 totales. El tercer concello más envejecido de la provincia es O Covelo (39,7% de su censo con más de 65 años), pero en la cuarta posición aparece de nuevo uno de la zona. Es Agolada, que suma 973 ciudadanos que rebasan esta edad y son el 38,8% de su censo de 2.507. A continuación están Dozón y Rodeiro, que en ambos casos muestran un porcentaje de mayores muy semejante. En el primer caso suponen el 38,1% del total de 1.107 habitantes y en el segundo son el 38% de los 2.644 que integran el padrón municipal. Así, en Dozón existen 422 personas con 65 años cumplidos o más y en Rodeiro son algo más de un millar (1.006). El envejecimiento de la población está relacionado en las comarcas, salvo en los casos de Lalín y A Estrada, con el tamaño de cada concello. Así las cosas el siguiente con más población mayor es Vila de Cruces, que suma 1.812 vecinos en edad e jubilación de sus 5.435 del censo; es decir, el 33,3%. A continuación está A Estrada, pero en este caso ya no llega al promedio de las comarcas de que tres de cada diez ciudadanos estén dentro de este tramo de edad. Los 5.661 representan el 27% del total de habitantes. Menos envejecida es la población silledense todavía pues este promedio se sitúa en el 26,4%, o lo que es lo mismo, 2.311 de sus 8.734 empadronados. Lalín es, por tanto, el territorio con la población más joven al contabilizar 4.970 mayores de 65 años, que son el 24,8% de su último censo. El municipio con el promedio de residentes más joven es Salceda de Caselas, ya que sus jubilados apenas rebasan el 14% del total. En Vigo son el 21,2% y en Pontevedra la proporción se coloca en el 19,4.
En los 10 primeros concellos de A Coruña con la población más envejecida ninguno sobrepasa el 38,7% del total de vecinos, mientras que en Ourense está el municipio gallego con más población mayor (Calvos de Randín, con el 53,5 de su censo) y hasta 26 tienen un promedio más alto incluso que Cerdedo. En el caso de la provincia de Lugo hay 7 localidades con un censo más envejecido que la capital cercedense.
