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La belleza oculta de lo cotidiano

La fotógrafa estradense Marga Fraga aglutina en una nueva página de Facebook su visión de A Estrada

Mercado sabatino. // Marga Fraga

Hay dos formas de hacer cada día el mismo recorrido. Por ejemplo, la distancia de casa al trabajo. Uno puede ir encadenando un paso con el siguiente sin ser plenamente consciente de por dónde camina, de qué es lo que sucede o qué hay a su alrededor. La otra posibilidad es hacer el mismo camino poniendo en ello los cinco sentidos, deteniendo la mirada en gentes y lugares, percibiendo esa belleza oculta de lo cotidiano. En realidad, no hace falta buscar, solo hay que saber mirar.

La fotógrafa Marga Fraga no tarda mucho más de cinco minutos en completar el trayecto desde su casa al trabajo. Recorre ese camino cuatro veces al día y siempre encuentra en él algo nuevo. "No busco transmitir nada ni profundizar en nada. Es solo lo que yo veo". Las gafas con las que esta estradense mira el día a día la han llevado a atesorar en una página de la red social Facebook su propia visión de A Estrada.

El perfil A Estrada by Marga Fraga recoge instantáneas de gentes, lugares y rincones de la villa que podrían escaparse a quienes viajan sin disfrutar del paisaje. "Pasas por delante de sitios que tienen su belleza y no los miras", reconoce esta fotógrafa.

Todas las fotografías las hace con su teléfono móvil. Considera que esta técnica, aunque pueda restar calidad, es más discreta y evita que la gente varíe su actitud. "Prefiero que no se den cuenta para no perder la espontaneidad", apunta. Como quien sale con su móvil al encuentro de los míticos Pokémon, Fraga regresa cada día a casa con alguna foto de algo que consiguió llamar su atención. Es posible que hayan sido unas palomas revoloteando en la Praza do Mercado, dos señoras conversando en la calle o una vecina tratando de atrapar la suerte.

Aunque en este álbum de A Estrada hay un poco de todo, la autora reconoce que lo que más le gusta es fotografiar a la gente. Ello confiere al trabajo un carácter todavía más improvisado, dado que uno no puede planificar cuándo otro hará algo que le parezca un hermoso reflejo de la belleza que se esconde en lo común. Si se trata de inmortalizar rincones de la villa, la situación es más buscada, aunque en esta colección siempre hay algo que hace que esa captura sea personal y única. Es la magia del instante en estado puro.

Marga Fraga somete a tratamiento posterior las fotos que toma con su móvil antes de subirlas a la web. Su predilección por el blanco y negro es evidente, aunque no escapa al color si la foto lo precisa. No descarta realizar una exposición para acercar a más gente su visión de A Estrada. Mientras lo madura, la hermosura del día a día está ahí, al alcance de todos. Basta con caminar con los ojos bien abiertos.

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