El Castro Tecnolóxico es uno de los edificios públicos más singulares de Galicia, aunque su construcción no estuvo exenta de dificultades. A las críticas al gobierno lalinense por apostar por un proyecto de esta envergadura lanzadas desde la oposición al equipo liderado por José Crespo se sumaron otros imprevistos como la quiebra de una de la firmas de la UTE constructora, que supuso la paralización de las obras durante más de dos semanas. Finalmente la sociedad FCC asumió el proyecto en solitario, ya sin Proinsa.

En julio de 2006 comenzaba a levantarse la nueva casa consistorial, un diseño de los arquitectos Luis Mansilla y Emilio Tuñón, que habían ganado el concurso de ideas Algo más de cuatro años fueron precisos para que el edificio público se viese rematado, aunque hasta 2011 no abría sus puertas al público como la nueva casa de todos los lalinenses. Pero volviendo al tema económico, el coste del proyecto varió respecto de lo previsto en el diseño de Mansilla y Tuñón y pese a que se había suprimido una torre que se elevaba por encima de las cuatro plantas del edificio. Entonces, ya con la obra rematada, comenzó el baile de cifras. Por un lado los importes que aseveraba el gobierno local, que no convencían a los grupos de la oposición, que lanzaban otros muy superiores. Incluso ayer el alcalde, Rafael Cuiña, afirmaba en su perfil de Facebook que el precio del consistorio había alcanzado los 15 millones. Y lo hizo para denunciar que una obra de esta dimensión, en poco tiempo, sufriese problemas como la corrosión de los tubos del sistema de calefacción.

Según documentación municipal la adjudicación inicial a Proinsa y FCC fue por 9.701.865 euros. A esta cifra había que sumar 436.361 euros del proyecto técnico, otros más de 200.000 de pagos a los arquitectos por la dirección de obra, otro tanto por la dirección de ejecución y 40.000 más por seguridad y salud de la obra. Así, el coste inicial era de 10.570.326 euros. Después de un modificado y su correspondiente redacción y otros complementos, el Castro Tecnolóxico se colocó ya en 12.784.174 euros. Pero a este montante hubo que añadir los gastos de liquidación, con lo que el inmueble, finalmente, supuso una inversión de 13.815.042 euros; es decir, un 32% más. Si se suman los 671.000 euros necesarios para mobiliario, equipamiento informático y otras necesidades, el montante definitivo se fue a los 14.486.042 euros. Para pagar la obra, el gobierno local logró financiación en Xunta o Diputación. Pero fue necesario formalizar préstamos por 2,4 millones. Fueron 800.000 euros en el año 2009, un millón en 2010 y otros 600.000 euros ese mismo año. La parcela del consistorio había salido gratis por gestión urbanística.