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El conejo revive en el reino del jabalí

El tiempo frío y seco frena la mortandad por la hemorragia vírica -La población de perdiz logra mantenerse -La caza de zorro y de arcea se cierra el próximo 12 de febrero

Dos cazadores con sus perros, en montes de Vilatuxe. // Bernabé/Luismy

De "bastante aceptable" califican la temporada de caza las sociedades cinegéticas y tecores de Deza y Tabeirós-Montes. Los presidentes de las entidades tienen claro que el volumen de caza, sobre todo de la menor, está muy lejos del nivel que tenía hace años, cuando había menos depredadores, se sembraban campos de cereal y los campos no padecían el abandono de hoy en día. Pero hay un balance positivo que se debe, curiosamente, a la ausencia de lluvias en el otoño y en lo que va de invierno: el tiempo frío y seco impide que se propague la hemorragia vírica entre los conejos.

En Lalín, se detecta menos mortandad en esta especie, mientras que en Silleda al inicio de la temporada de caza se notó cierta merma entre los ejemplares que se habían soltado meses atrás, "pero queda la población necesaria para que se recupere", explica el presidente del colectivo, Jesús Caramés. Los cazadores de conejo también quedaron satisfechos en otras zonas, como el Tecor A Rocha, de A Estrada, donde se repobló en aquellas zonas donde no quedaban ejemplares, "mientras que en las demás optamos por ver cómo salía el autóctono", explica el presidente, José Manuel Toledo. Desde Agolada, el presidente del Tecor Farelo, José Manuel Blanco, apunta que se cazaron durante toda la temporada en torno a 700 ejemplares, una buena cifra debido a que "ahora hay otra cepa de la vírica contra la que los conejos están inmunizados", pero alerta de que esta cepa puede variar en un futuro y causar otra mortandad como la de los últimos años.

En Vila de Cruces, sin embargo, sí se detecta un profundo descenso de la población de conejo, mientras que la de perdiz se va manteniendo en un nivel similar al de los últimos años. Esta ave "va a menos" en Lalín, donde se repoblará en primavera, como apunta el presidente de la sociedad de caza, José Luis Gil, quien añade que la mayor parte de las piezas se cobraron al principio de temporada. En Silleda, no hay un número elevado de deportistas que cacen perdiz, con lo que este animal logró criar, dos años después de su siembra.

La temporada de caza menor se cerró el día 6, pero hasta el 12 de febrero podrán abatirse arceas y zorro, que presenta una gran densidad sobre todo en tierras cruceñas, donde hay cuatro cuadrillas especializadas en este animal. Por lo que se refiere a la caza mayor, ayer terminó la de jabalí, una especie que sobreabunda en la zona. Los cazadores lalinenses cubrieron hace semanas el cupo de 140 animales y pidieron una ampliación de 20 más. Gil apunta que se prevé completar el cupo de corzo (su caza se mantiene también abierta hasta febrero). Caramés señala, en cuanto al jabalí, que en los montes de Silleda todavía quedan decenas de ejemplares, después de que casi se cubriese el cupo de 80 piezas que les autorizó la Xunta. En Vila de Cruces también se llegó a los 75 permitidos y, "si al principio de temporada solo se veía uno o dos ejemplares, en las últimas semanas era frecuente encontrar manadas de hasta seis", relata Gonzalo Gómez. No hubo la misma suerte en el Tecor Farelo, donde hubo varias jornadas con niebla que impidieron la caza de este animal. Aquí se cerró la temporada con el cupo sin cubrir, ya que faltaban 10 piezas para completar la autorización. En tierras estradenses, en cambio, sí se nota un descenso del puerco salvaje, debido a las intensas batidas por daños.

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