Uno o dos partos, como mucho, y en torno a una decena de años de vida reposada y alimento a base de harinas, hierba verde y curada y maíz autóctono. Ésta es la vida que llevaron Moura y Roxa, dos vacas de raza parda y rubia que crió Jesús Vilares en Oroso y que adquirió Frigoríficos Bandeira en la subasta de ganado de Silleda por la friolera de 15.000 euros. El responsable de esta empresa, Daniel Cochón, afirma que "son las mejores vacas que he visto en muchos años y quizá pasen muchos más antes de que podamos volver a ver algo parecido".

Frigoríficos Bandeira ya le había comprado a este ganadero coruñés ganado cebado en otras ocasiones, "pero estas dos vacas son muy exclusivas", hasta el punto de que el cliente de Frigoríficos Bandeira, la empresa catalana Pujol's, las define como "los ferraris de la ganadería, porque no son nada frecuentes", indica Ferrán Pujol.

Roxa, con 7 años de vida, pesaba 1.500 kilos, que se traducen en 750 kilos en canal, mientras que Moura, de 11, llegó a casi 1.400 en vivo, es decir, 700 en canal. La carne de ésta resulta sumamente especial porque tiene una cobertura de grasa extremadamente amarilla y esponjosa y una excelente infiltración de grasa intramuscular, dos aspectos que rara vez aparecen en la misma vaca.

El matadero silledense adquirió los animales en la subasta del pasado día 14 en el recinto ferial de Silleda. Sobra decir que fueron la atracción de todas las miradas en esa jornada, ante un orgulloso dueño que ya es conocido en el sector porque ceba animales con mucho esmero, "los trata con el mismo mimo con que un abuelo trata a sus nietos", indica Pujol. De hecho, Vilares tiene, como mucho, cuatro ó cinco vacas a la vez, y cada cierto tiempo vende ejemplares que rozan la perfección.

La carne de las dos reses ya se encuentra en Cataluña, donde se someterá a un exclusivo proceso de maduración. Ferrán Pujol explica que "se usan unas tecnologías determinadas para una maduración más larga, de modo que recurrimos a sal del Himalaya para luchar contra la humedad y las bacterias, luz ultravioleta, también para evitar bacterias, y ozono, que provoca que el aire sea más limpio". La carne se someterá a este método el tiempo que desee el cliente, desde semanas hasta tres meses o un año.

Serán diversos restaurantes así como carnicerías del territorio nacional los que degusten este manjar. Pujol recomienda que, para disfrutar esta carne al máximo, "se ase bien, pero que se mantenga casi cruda por dentro". Esta firma catalana trabaja desde hace tiempo con el matadero de A Bandeira, "porque se surte de los mejores animales de ferias de Santiago, Silleda o Portugal".