En torno a las tres y media de la gélida madrugada del lunes al martes, cuatro jóvenes veinteañeros estradenses que se habían quedado atrapados por la maleza y la noche más de ocho horas antes en monte de San Torcado -próximo a Enviande y Montillón, en la parroquia estradense de Souto- fueron localizados sanos y salvos por efectivos de Emerxencias de A Estrada, el padre de uno de ellos y Javi Iglesias, un oriundo de San Torcado residente en Vigo que está pasando sus vacaciones navideñas con su familia en la casa en la que vivió durante su niñez. La señal GPS enviada por los propios jóvenes a través de sus teléfonos móviles había sido clave para su localización.

Concluía así la incertidumbre que habían pasado las familias durante las más de 6 horas que tuvieron constancia de que los jóvenes en cuestión estaban perdidos en montes de Montillón, sin luz y en medio de una densa maleza de más de 2 metros de espesura que les impedía hallar una salida. Según relató a esta Redacción uno de los cuatro jóvenes localizados, no querían que los fuesen a buscar. Simplemente hacerles saber a sus familias que estaban bien y que barajaban pasar allí la noche porque temían sufrir un accidente si intentaban salir de la zona boscosa y empinada en la que se encontraban. Querían tranquilizarles para que no se preocupasen si no llegaban a dormir de noche. Por eso les llamaron en torno a las 21.00 horas, cuando ya llevaban dos intentando buscar la salida. Pero, lógicamente, el amor paterno-filial pudo más.

El padre de uno de ellos se propuso ayudarles a salir. Estaba relativamente tranquilo porque podía hablar por teléfono móvil y por WhatsApp con su hijo y sabía que estaba bien y sus tres compañeros, también. No hay mal que por bien no venga. Dado que alguno es fumador, llevaba un mechero encima y´-tras apartar la vegetación y colocar piedras- hasta pudieron encender una hoguera con la que calentarse y contribuir visualmente a su localización. Pero, con la helada que estaba empezando a caer, a ese padre le preocupaba que pusiesen quedarse dormidos y sufrir una hipotermia. Por eso se movilizó. "Si es verano, pasan la noche allí", apuntaba ayer.

Los cuatro jóvenes se habían adentrado en la zona de Montillón donde fueron localizados realizando una ruta de quad que habrían iniciado en montes de Sabucedo. En línea recta, apenas hay 5 kilómetros de distancia, pero en una zona de bosque de vegetación tan espesa podrían haber recorrido más distancia.

Llegaron hasta la parte superior de lo que los vecinos conocen como As Mestas, hacia Chan de Lamas y Souto.Así lo relató ayer Javi Iglesias, evocando entre sus familiares y vecinos la "aventura con final feliz" que había vivido horas antes participando en la búsqueda de los cuatro extraviados. Explica que estaban en una zona de monte de muy difícil acceso, rodeada de una densa maleza y en una cierta depresión del terreno que impedía que pudiesen ver las luces de los lugares próximos o ser vistos desde ellos.

En esa zona horas antes -por la tarde- uno de los cuatro quads se había quedado enterrado. Los cuatro amigos ayudaron a desenterrarlo. Y fue así como, según el testimonio de uno de ellos, les habría sorprendido la noche, sin foco y en medio de una densa maleza que les impedía avanzar en busca de una salida. El padre que los buscaba intentó llegar a ellos una y otra vez. Las marcas que la ruda vegetación dejó en su rostro y en sus manos así lo atestiguan. Lo intentó primero en coche, llegando a ver dos lobos. Luego, a pie y con una linterna. Silbaba y le oían pero no conseguía llegar hasta donde se encontraban. Por eso, a las doce y media decidió pedir ayuda.

"Es complicado orientarse de noche. Era imposible que consiguiesen salir por sus propios medios", explicaba ayer Javi Iglesias. Él regresaba a casa en torno a la una cuando vio a efectivos de Emerxencias de A Estrada con la Bomba Urbana Ligera (BUL), de la Guardia Civil, al padre ya citado y a dos tíos de otro de los jóvenes coordinándose. Al saber lo que ocurría, este vecino no dudó en sumarse al dispositivo, poniendo al servicio de los efectivos de emergencia sus conocimientos de la orografía de la zona, mayoritariamente adquiridos durante sus diez primeros años de vida. "Veíamos la hoguera y teníamos la localización GPS pero los caminos están cerrados", señala. Por eso, Emerxencias, vecino y padre tuvieron que retroceder al menos una vez. Finalmente, lograron su objetivo. Llegaron hasta donde estaban los jóvenes, "calentitos" y bien ahumados. Ya habían agotado la batería de tres de sus móviles. Solo uno tenía la carga suficiente para seguir mandando la señal GPS. Salieron a pie con quienes habían ido a buscarles. Dejaron allí los quads, que acudieron a sacar de la zona ayer por la tarde.