-¿Existe un mercado negro de armas?
-Aquí en la comarca desde luego que no, pero es obvio que sí hay armas que pueden adquirirse en el mercado negro a otras escalas, y que pueden tratarse de dispositivos o bien antiguos o bien que entran a través de la frontera.
-Lo pregunto por si este mercado es tentador para los coleccionistas.
-La figura del coleccionista de armas también aparece recogida en el Reglamento. Para pasar a ser coleccionista, uno tiene que aportar una acreditación de conducta y, por supuesto carecer de antecedentes penales o tener abiertos procesos judiciales. El aspirante a coleccionista, por llamarlo así, ha de inscribirse en un registro y se le expide una autorización. En ese libro que se abre para cada coleccionista figuran datos de todas sus armas que, por supuesto, han de cumplir determinados requisitos que demuestra que se trata de dispositivos que tengan interés histórico y que estén acreditados. No vale, por ejemplo, que en ese libro figure una pistola Walther nueva. También quiero destacar que existen muchas personas a las que les gusta coleccionar armas de avancarga, que son aquéllas en las que tanto el proyectil como el propelente se cargan por delante, por la boca del cañón [los primeros cañones y fusiles eran armas de avancarga, al igual que el trabuco, el arcabuz o el mosquete]. Estas armas se cargan con pólvora negra y para ellas también existe una licencia específica.
-Ante los episodios de robos en Deza, que también hay que decir que son cuestiones puntuales, y pese a la pérdida de población, ¿no aumentan las licencias para armas cortas, para uso de defensa personal?
-Al contrario, en los últimos tiempos desciende la tramitación de este tipo de permisos a nivel comarcal. Los robos no han influido.
