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La tenencia de armas en Deza y Tabeirós-Montes · Los datos

Las comarcas registran 5.380 licencias de armas, casi el 98% para actividad cinegética

Rifles, escopetas y carabinas suman 5.261 unidades -Los permisos para dispositivos deportivos rebasan los 30 -Una quincena de jueces y exmiembros de cuerpos de seguridad van armados ante el riesgo de un ataque

Dos cazadores con sus escopetas al hombro, en el monte Carrio. // Bernabé/Javier Lalín

Ocho de cada cien vecinos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes poseen una licencia de armas. Según datos que facilita la Guardia Civil, en la zona están en vigor 5.380 permisos para manejar un arma, en base a los controles que ejercen los departamentos de Intervenciones de Armas en Lalín y a Estrada. Igual que ocurre en, por ejemplo, Ourense, buena parte del armamento que tiene permiso sirve para la práctica cinegética. Son los que se conocen como licencias D (de armas largas para caza mayor) y E (de armas largas para caza menor). Pues bien, para caza mayor están en vigor 639 autorizaciones, que se reparten de forma bastante pareja entre las dos comarcas: 334 en Deza y 305 en Tabeirós-Terra de Montes. Se trata de rifles y armas rayadas (que disparan solo balas) destinadas a abatir animales de mayor envergadura que un zorro. Dentro de las armas de caza mayor también se incluyen cañones estrados adaptables a escopetas de caza.

Una ojeada al volumen de las pandillas de caza mayor y de caza menor que están operativas en la zona permite adivinar hasta qué punto tiene mucha más relevancia la caza de perdiz, zorro y conejo que la de jabalí. De ahí que el número de licencias de armas para caza menor sea casi siete veces superior. A día de hoy, en los dos destacamentos de la Guardia Civil están en vigor 4.622 licencias de tipo E, distribuidas entre las 2.931 de Deza y las 1.691 de Tabeirós-Terra de Montes. Dentro de este tipo de armas se incluyen, pues, las escopetas de ánima lisa, que pueden disparar perdigones o postas. La vigencia tanto de las licencias para caza mayor y menor es la misma, 5 años, y la ley establece que cada persona puede tener, como máximo, cinco armas de fuego de esta categoría. Además, debe proporcionar una declaración jurada según la que se compromete a guardar este armamento en un armario o caja fuerte homologados y certificados con medidas de seguridad. Sobra decir que estas armas no pueden utilizarse para defenderse, de modo que si hay constancia de que, por ejemplo, se esgrime un arma para amenazar a un vecino, automáticamente se le propone la revocación del permiso. El coste de éste, entre el certificado médico, las tasas y el precio de la prueba teórica y práctica, oscila entre los 200 y los 300 euros.

El resto de licencias tiene en la zona una impronta mucho menor. Así, el permiso de tipo F, orientado a las armas para tiro deportivo, cuenta con tan sólo 33 casos en ambas comarcas: 21 en Deza y 12 en Tabeirós-Montes. En este caso, da luz verde para utilizar o bien armas cortas del tipo de pistolas y revólveres o largas como carabinas, escopetas y rifles con determinadas características, adaptadas en forma y peso para dar la máxima precisión posible.

En idéntica cuantía se colocan las licencias de tipo C, para vigilancia y guardería. Son las armas que utilizan los vigilantes de seguridad y los guardas de caza, y existen 32 casos en la zona, divididos a partes iguales entre las dos comarcas. Cierran la lista las 33 autorizaciones para armas de avancarga (22 en Deza y 11 entre A Estrada, Cerdedo y Forcarei) y las 15 de tipo B, que son las licencias de armas cortas para particulares: jueces, miembros jubilados de cuerpos de seguridad del Estado y empresarios que van armados ante un hecho comprobado de que viven una situación de peligro o pueden ser amenazados. Hay 13 casos en tierras dezanas y solo 2 en Tabeirós-Montes. Por último, están en vigor dos autorizaciones a menores en Deza y otras 4 en la comarca vecina.

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