La afluencia de miles de personas al Closing Tour durante la madrugada de la festividad de la Inmaculada fue aprovechado por la Guardia Civil de Tráfico para establecer un dispositivo operativo de alcohol y drogas en el perímetro de la localidad de Silleda. El control, desarrollado por el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra, se enmarca en la campaña de intensificación de los servicios impulsada por el cuerpo al objeto de conseguir la máxima visibilidad de las actividades de prevención de la seguridad vial.

En el citado dispositivo especial se realizaron 644 pruebas de detección de alcoholemia y trece conductores fueron descubiertos arrojando un resultado positivo. De éstos, doce fueron denunciados por vía administrativa y al otro se le instruyeron diligencias penales, al haber superado la tasa de 0,6 mg/l en aire espirado. Los agentes practicaron también cuatro pruebas de detección de drogas. De los conductores sometidos al test salival para comprobar la presencia de sustancias estupefacientes en su organismo, dos resultaron positivas, es decir, el 50% del total; a estas personas se les ha formulado expediente de denuncia por vía administrativa. La ley prohíbe conducir con presencia de drogas en el organismo, quedando excluidas las sustancias que se utilicen bajo prescripción facultativa y con finalidad terapéutica. Esta infracción, catalogada como muy grave, está castigada con una sanción de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos del permiso de conducción.

Ruedas, luces y cinturón

Tras la detección del vehículo para la realización de la prueba de alcohol o drogas, de forma simultánea, se activó el plan integral de vigilancia: Consiste en la comprobación de la documentación del conductor, con especial atención a las condiciones del vehículo, en lo referente, principalmente, a los neumáticos y el alumbrado. Por tal motivo, se formularon diez denuncias más, dos de ellas por no hacer uso del cinturón de seguridad, tanto el conductor como el acompañante.