El Concello de Lalín ve "imposible" el avance del proyecto de un cambio de uso de terrenos forestales en Catasós para su conversión en agrícolas que conllevaría la tala de unos 680 árboles. Así lo asegura el concejal de Urbanismo, Nicolás González Casares, quien advierte que al margen de la tramitación que los promotores están realizando ante la Xunta, a la administración local compete la gestión urbanística. Es decir, que para que la media hectárea de terreno pueda transformarse en forestal a a agraria y con ello poder habilitar pastos artificiales, habría que realizar una modificación en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).

Esta superficie, emplazada entre los lugares de Celemín y Belelle, ya aparece en el planeamiento urbanístico como Suelo Rústico de Especial Protección Forestal y también entra dentro del Catálogo da Paisaxe de Galicia. Casares razona que puede entenderse que las fincas son una extensión de la Fraga de Catasós a la par que refuta lo expuesto en la documentación sobre que no figura cerca de un área de protección. Así, discrepa que, como expone la petición para la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto ante la consellería, que el monumento natural esté a más de 6 kilómetros, sino que a su juicio estaría en línea recta a unos 700 u 800 metros. "No vamos a ser receptivos a esta petición cuando llegue, pero además es que el documento es erróneo. Por un lado sí que la zona da continuidad a la masa arbórea de Catasós y a la vez linda con la zona de protección del Rego de Quintela", recalca.

El concejal asevera que tiene constancia de esta propuesta porque llegó a funcionarios municipales vía correo electrónico, pero no por los cauces reglamentarios. Insiste en que para autorizar el cambio de uso de la propiedad particular hay que modificar el planeamiento urbanístico, al tiempo que este espacio de bosque ya goza de elementos de protección en el propio Plan Xeral. "Los técnicos municipales mirarán con detalle el expediente, pero al verlo puedo decir que es descabellado o prácticamente imposible de que sea tramitado desde el Concello, además de que no vamos a ser receptivos al mismo". González Casares añade que el particular que tramita esta petición ante la consellería vincula las tierras objeto de conversión en pastos a una explotación ganadera que no solo no está en la parroquia, sino que es de Maceira. A la espera de ver qué resuelve la Xunta al trámite preceptivo de la Declaración de Impacto Ambiental, el edil reitera el rechazo del ejecutivo local al proyecto, máxime cuando es necesario talar centenares de frondosas y de árboles de bosque autóctono.

Por otro lado, un particular también promueve un cambio de catalogación del suelo casi idéntico para una superficie forestal de unas hectáreas de terrenos situados entre A Xesta y la parroquia de Sanguiñedo, en Dozón. Este proceso está más avanzado, ya con el informe de impacto ambiental, pero Casares cree que también existen dudas sobre su aprobación. Cuestiona, por ejemplo, que pueda existir una parcela de 4 hectáreas en esta zona. En todo caso, la parte que toca al Concello será supervisada por los técnicos municipales.