En Galicia hay más de 50 centros educativos que aplican el programa Tutoría Entre Iguales (TEI), un plan que ayuda a prevenir el acoso escolar al hacer partícipes en la situación al propio alumnado para que denuncie las este tipo de violencia hacia otros compañeros. Andrés, González Bellido, coordinador de TEI, ha realizado un módulo de formación a los estudiantes del IES Laxeiro de Lalín para convertir a los alumnos en "tutores emocionales" de sus compañeros.
-¿Hay algunos síntomas que alerten a los padres de que su hijo está sufriendo acoso escolar?
-Sí hay. Los que podemos llamar síntomas de carácter físico, si se presentan con moratones o algo roto, que son evidencias. Luego existen otros de carácter emocional, como el hecho de que no quiera ir al colegio, que no te hable lo que pase dentro de la escuela, que no se quiera reunir con los compañeros de clase o que antes que cruzarse con ellos cambien de acera para evitarlo. Además de ello, encontramos lo que denominamos "el síndrome de los lunes", que lo sufren aquellos alumnos que a partir del domingo por la noche o el lunes por la mañana presentan síntomas de ansiedad, extrés, diarreas, cefaleas o dolores abdominales. Son síntomas de somatización para no enfrentarse una situación que le es muy hostil en el centro educativo.
-¿La víctima de acoso escolar tienen un perfil común?
-No tienen un perfil determinado, por que no depende tanto de las características individuales de la víctima, sino de las características de los acosadores o acosadoras. Lo que sí que se produce es una diferencia de poder y de fuerza física, emocional o psicológica entre agresores y víctimas. Estas pueden compartir que tienen más niveles de riesgo para estar expuestas al acoso, que son aquellas que tienen diferencias por lo que sea, físicas, emocionales, psicológicas, alumnos con dificultades en la integración social o les cuesta tener una buena relación con la gente de su edad. Debemos de tener siempre en cuenta que en ningún caso son ellos los culpables de las situaciones de acoso porque suele haber una tendencia en pensar en "bueno mira como es, que lo acosen es normal", pero en absoluto son ellos los culpables si no las personas que generan las conductas. Vivimos en una sociedad inclusiva y la inclusión es una parte del desarrollo. En ningún caso las víctimas son los provocadores que hacen que los demás los acosen.
-¿Dan el paso los niños para denunciar la situación o lo hacen los padres?
-Si tuviera que definir una sola característica de las víctimas es que no tienen competencias para resolver las provocaciones, por lo tanto, antes del TEI hay muchísimas situaciones que no son denunciadas, porque quien realmente se entera de que eso está pasando son los alumnos. Los acosadores necesitan público para tener situaciones de acoso. El TEI empodera a los alumnos, que son los que se enteran de la situación, para que intervengan cuando se produzcan. Interviene en los primero síntomas de violencia.
-¿Con que se combate el acoso?
-Con prevención. La mayor parte de los programas acaban actuando sobre situaciones ya pasadas. Evidentemente la prevención sobre la violencia sistemática sobre el acoso escolar se debe trabajar. Esto no deja fuera que debemos trabajar con víctimas y agresores. Siempre tienen que estar implicados los alumnos en el trabajo de prevención, también las familias y el profesorado, pero los alumnos son los protagonistas. El programa TEI trabaja para la implicación del alumnado y en los centros que se desarrolla no hemos tenido ningún caso de acoso escolar. Se trabaja la empatía, y a partir de eso, el público será el que le diga a sus compañeros que se está pasando. El profesor interviene solo un 2% de las veces que intervienen los estudiantes.
-¿Es necesario tratamiento psicológico o psiquiátrico para superarlo?
-Necesita intervención psicológica no solo la víctima, sino también el acosador, porque el gran problema lo sufre la víctima pero también es un problema para la acosadora, puesto que presenta un problema que muestre esta conducta. Es cierto que se necesita una intervención externa pero tiene que estar combinada con una intervención interna y una familiar,. Sin las tres de forma coordinada, es muy difícil salir de una situación así.
